• Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal
logo-final
  • Inicio
  • Sobre mí
  • Servicios
  • Regalo
  • BLOG
    • ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO
    • DESARROLLO PERSONAL
    • MIS VIAJES
  • Equipo
  • Contacto

superar las creencias limitantes

NO NACÍ PARA BARBIE: Cómo superar las creencias limitantes relacionadas con tu físico

6 enero, 2019 por Rossana Becerra 19 comentarios

Ya hemos hablado de cómo superar las creencias limitantes en otras ocasiones. De hecho, hablo mucho del tema.

Pero siempre es enriquecedor escuchar lo que piensan otras personas. Y mucho más si son mujeres valientes de esas que nos dejan con la boca abierta con su elocuencia.

Por eso, y como primer artículo de este 2019, te traigo un post de una mujer especial, que prácticamente acabo de conocer.

Y, aunque como te digo, nuestra relación es muy reciente, me llega una energía por su parte que seguro que también te llega a ti. Una energía sanadora, firme, luminosa.

Te dejo con ella, Rossana Becerra, que quiere hablarte de creencias limitantes y de cómo ella consiguió superarlas en un entorno que no ayudaba demasiado. Conociendo su historia tú también podrás sanar las tuyas porque, al final, todas estamos en el mismo camino.

 

 

 

¿Sabes cuáles son tus creencias limitantes? ¿Quieres saber cómo sanarlas?

Tráelas a la consciencia, acéptalas, la luz entra por las partes rotas.

 

Hola, soy Rossana y nací y crecí en una ciudad que, entre otras muchas cosas, se hace llamar epicentro del turismo estético.

Es decir, mucha gente viene a arreglarse, ponerse o quitarse, algo de su templo sagrado, ósea de su cuerpo.

Quiero mostrarte cómo crecer en esta ciudad, marcada por el culto al dinero, un coletazo del narcotráfico de los años 80´s y 90´s, marcó el desarrollo de mi personalidad.

Permíteme compartir contigo por qué comprender esto fue la pieza clave en mi despertar de consciencia y en la reparación de mi autoestima, frente a escenarios laborales y relaciones de pareja.

Vamos, sígueme…

 

LA BASE DE UN SISTEMA DE CREENCIAS LIMITANTES: Qué fue crecer como una niña menos agraciada y favorecida en Colombia durante los 90 ́s

Nunca nadie me dijo que era literalmente menos agraciada o favorecida, pero esa fue exactamente la conclusión que me acompañó durante mi infancia y una parte importante de mi juventud.

A partir de esas creencias forjé mi personalidad, y si iba a ser fea y pobre, entonces me esforzaría por al menos ser inteligente para lograr salir de la “pobreza”. Lo otro no tenía mucho arreglo…

 

 

MIS PRIMEROS ESFUERZOS HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE MIS CREENCIAS

 

Nací a mediados de los años 80´s en Cali, Colombia, la capital mundial de la salsa, en el seno de una familia humilde, de padres aún muy jóvenes que pronto descubrieron que no estaban hechos el uno para el otro.

Aunque a vuelo de pájaro podrías describir que mi infancia corrió de forma natural, dentro de mí creció un hoyo negro, de esos que absorben planetas y astros con luz propia.

Crecí sintiéndome menos agraciada y favorecida:

  • No me veía como las otra niñas
  • No me vestía como las otras niñas
  • No jugaba como las otras niñas
  • No vivía en casa grande como las otras niñas

Rápidamente calculé, sobre los ocho años, cómo algunos niños lograban el cariño de la profesora.

Analicé cómo “los preferidos” de la profe eran bonitos, bien vestiditos, recibían reconocimientos en eventos escolares y, de vez en cuando, llegaban con pomposos regalos enviados por los padres en reconocimiento al esfuerzo y dedicación de la maestra.

Mi familia no podía permitirse eso, ya hacía un esfuerzo descomunal por pagarme un colegio privado, lo que aún hoy es un lujo en Colombia.

¿Sabes lo que significa ser la primera que el bus escolar recoge en la mañana y ser la última que deja en las tardes? Que definitivamente eres la que más lejos vive. Esa era yo.

Durante un recorrido de dos horas recogía a más de 30 niños, y veía algunas de sus casas con vidrios polarizados, patos disecados en las entradas…Y yo quería mi propio pato disecado.

 

 

TIPS PARA DEFINIR STATUS

Por si no lo sabes, en Colombia los cumpleaños infantiles son todo un espectáculo, es como una competencia por la familia que más alto tire la casa por la ventana.

Eso quiere decir:

  • Piñata
  • Comida
  • El respectivo payaso animador
  • Rifas
  • Y regalo sorpresa al final del evento…

…Cuando los niveles de azúcar en sangre amenazan con escalar a coma diabético y los padres salen disparados excusándose por el cansancio del niño berrinche.

Durante los siete años que estuve en ese colegio campestre, fundando por prestigiosos médicos de la región, me invitaron a una sola fiesta.

Aún sigo pensando que esos tenis «Ribuk» que tanto quería tuvieron algo que ver. Poco después mis compañeros de clase me aclararon que había un error ortográfico en la impresión de la marca, era «Reebok».

De esa forma entendí que las letras impresas en mi ropa, zapatos, mochila, eran sinónimo de status, y mis compañeros tenían ojo de supervisor de control de calidad para verificar la autenticidad de la marca. Así me gané el apodo “zapato de caño”.

 

 

LAS PRIMERAS CHISPAS DE MI ESPÍRITU REBELDE

En cuarto de primaria, con nueve años, el colegio nos introducía al sistema democrático.

Así que para empezar, debíamos seleccionar a un representante del salón (de la clase). Yo me presenté, hice una campaña impecable basándome en ideas para un “salón mejor”.

Y contra todos los pronósticos, gané.

Este evento, que aún recuerdo como un gran logro en mi vida, me dio fuerza, voz, seguridad, esa sensación de “sí se puede”.

Pero pronto mi luz fue apagada en el primer intento por defender los derechos de los menos favorecidos, es decir los feitos del salón, esos tímidos que no suenan ni relampaguean.

 

Como nuestro colegio era prestigioso siempre nos invitaban a eventos, programas y concursos en televisión.

Como era de esperarse la profesora debía seleccionar a 5 niños de entre más de 40 que éramos.

¿Ya sabes a quiénes seleccionaron a través del método mejor conocido como “a dedo”?

Y con todo la profesora nos dice: “si alguien no está de acuerdo que levante la mano”.

Mientras escribo esto recuerdo como el corazón se me quería salir del pecho mientra mi mano subía, ¿de verdad esa era mi mano levantándose?

«Siempre son los mismos de siempre, no es justo»,  repliqué.

La profesora rompió en llanto en frente de salón. Mis compañeros comenzaron a gritarme egoísta, envidiosa, y tuve que ir hasta el escritorio de la profesora para pedir perdón por ese comentario sin sentido.

Así se apagó mi luz, por un tiempo.

 

 

UNA PERSONALIDAD A PUNTO DE NACER

Para hacerlo corto, a los 10 años me planté frente a mis padres y les dije: «No voy más a ese colegio, ya me encontré otro».

Lo aceptaron sin mucho drama y así la vida me dio un respiro, un volver a empezar.

Con los años, a la luz de la consciencia, comprendí que huir y volver a empezar era mi estrategia para sobrevivir.

Entiendo la adolescencia como ese momento en la existencia en el que te reconoces desde unos pensamientos y creencias, profundizas en ese relacionarte con el otro y con tu entorno, es un intercambio de información constante que validas en tu experiencia.

Y por mi entorno paseaban adolescentes con flotadores bajo el brazo…

Esto significaba que acababan de salir de una cirugía estética, liposucción para ser más exacta, el flotador era para sentarse en clase.

Las mismas chicas del flotador eran las que tenían novio con carro (de vidrios polarizados), eran populares dentro y fuera del colegio, asistían a fiestas…Todo esto me parecía importante para ser alguien en la Cali de finales de los 90´s.

¡Y yo ni salsa sabía bailar!, lo que era un requisito para sobrevivir en esta sociedad. La forma más fácil de “levantar” o conseguir novio era bailando.

Tampoco me iba a poner “un vestido bonito, de esos bien ceñiditos” como dice la Guayacán Orquesta (tienes que ver el video de esa canción para comprender al estereotipo al que me enfrentaba).

Aunque quería ser la mujer más deseada en el mundo, no contaba con las piernas largas, tonificadas y morenas, otro requisito indispensable durante la época.

Total, nunca tuve un novio caleño, ni viví el amor adolescente de las tardes caleñas.

Es probable que estuviera en el nicho equivocado para encontrar alguien a quien le resultara interesante, o sencillamente el universo consideró que esa era la experiencia que debía vivir.

 

 

CREENCIAS LIMITANTES EMPODERADAS Y HACIENDO FIESTA CON MI EXISTENCIA: Las justificaciones de mi ego

Al tiempo que forjaba mi personalidad comencé a reflejar todas mis creencias limitantes, y a reconocerlas como verdades.

Recuerdo claramente pensar:

  • “No nací para Barbie, Dios me hizo inteligente pero no bonita”.
  • “Si quiero ser alguien tengo que estudiar”
  • “Mi familia no tiene contactos, tengo que empezar desde abajo y trabajar duro para ascender”

Éstas eran muy conscientes, las reproducía mentalmente en un lenguaje comprensible, como un carrusel, pero había otras más sutiles…

  • “No soy suficiente”
  • “No me lo merezco”
  • “Lo estoy haciendo mal”
  • “Los otros son mejores”
  • “Mis productos, trabajos, presentaciones, no son buenos”
  • “Se van a reír de mí”
  • “Soy rara”
  • “No sé cómo expresarme”
  • “Soy imprudente”
  • “Mi personalidad espanta gente”

Éstos son sólo algunos ejemplos de mis creencias limitantes. ¿Y a qué trinchera me arrojaron?

 

REPETICIÓN DE PATRONES

Empecé a generar experiencias de sufrimiento.

Uso la expresión “empecé a generar” porque hoy sé, pues lo he verificado, que soy responsable de todo lo que ocurre en mi vida.

Y antes de contarte cómo resolví este enredo, déjame contarte cómo esas creencias limitantes me arrastraron hasta el fondo.

 

MIS CREENCIAS LIMITANTES Y MIS RELACIONES DE PAREJA: La falsa heroína

 

Un día me salió la tapa premiada, me enamoré y alguien se “enamoró de mí”.

Y otra tapa premiada.

Y otra tapa premiada.

Todas relaciones tóxicas en las que intercambiaba afecto por dinero, ropa, mercados, fiestas, cenas… Fui una maestra jedi en el rendimiento de un sueldo de estudiante.

También relaciones en las que me quedaba queriendo sola o en las que aceptaba compartir, justificándome como “una mente abierta y poliamorosa”.

Las personas que atraía a mi vida presentaban un abanico de conflictos y yo quería salvarlos, quería sentirme necesitaba, amada, valorada.

Así que a través del dinero generaba una especie de falsa lealtad, amarraba a mis parejas y tomaba las decisiones por los dos.

Y ese “no soy suficiente” me rondaba. “Quiéreme, quiéreme”, “acéptame, acéptame”, “no soy linda pero soy inteligente y voy a la mejor universidad de Colombia”, “no soy linda pero puedo invitarte”, “quiéreme y yo te acepto como eres”.

Soy honesta contigo cuando te digo que estos hombres se esforzaron por ser mis entrenadores espirituales.

 

 

MIS CREENCIAS LIMITANTES Y MI DESARROLLO PROFESIONAL: Incpacidad de aceptar que era capaz

Como era de esperarse, académicamente tuve una carrera maravillosa: un pre-grado y dos maestrías.

Presenté entrevistas brillantes, fui seleccionada para cargos por los que todos me admiraban.

Pero mataba el tigre y me asustaba con el cuero.

Fue como si ese evento de la primaria se repitiera una y otra vez.

Empezaba con mucha energía todos mis trabajos, pero con el tiempo mi brillo se opacaba, yo misma lo opacaba.

Recuerdo tener miedo a hablar, tuve reuniones en las que expuse mis ideas con total inseguridad y después me disculpé en público por haberlas propuesto.

Todo el tiempo me disculpaba.

Y ni hablar del cariño de los jefes…Quería que me quisieran, anhelaba su aprobación, pero nada era suficiente, había una pared invisible entre nosotros.

Y veía cómo mis colegas lograban esa empatía con estos personajes, y yo del otro lado de mesa, invisible, pidiendo a la tierra que me tragara.  Sola mirando actualizaciones de Facebook en mi celular.

¿Cómo lo solucionaba? ¡Bingo! Como lo hice en la primaria, huía, cambiaba de trabajo.

Pero la vida, que es infinitamente sabia, me puso siempre alrededor de experiencias y seres humanos que me hicieron de espejo, y un día desperté.

 

 

EL PRINCIPIO DEL DESPERTAR (de dos tortazos)

A dos tortazos les debo mi actual vida, una de la que me siento orgullosa, una historia valiente que estaría dispuesta a vivir tantas veces como el universo considerara necesario.

 

TORTAZO 1

El primer totrazo me llenó la panza con 3.900 gr de amor, tenía 20 años y una carrera a medias. Si esta es la forma de aprender de los fracasos sentimentales, sin duda volvería a hacerlo.

Le prometí a esos ojitos inocentes ser una mejor versión de mí.

Ya sé que suena a frase de cajón, pero así pasó y no pienso cambiar una palabra de ese momento histórico en mi vida.

Aunque el sentirme a gusto en mi piel, con mis rasgos indígenas y en los 156 cm de estatura que la naturaleza me dio, sólo ocurrió 10 años después. Lo cierto es que después del nacimiento de mi primera hija algo me crujió por dentro.

Era un “voy a dar lo mejor de mí”, porque entendí que para darle lo mejor yo tendría que ser lo mejor.

En un genuino acto de humildad me reconcilié con mi amor, no con el físico, con el de adentro, el de las entrañas.

Empecé a sentirme merecedora, no salvadora ni heroína de nadie, sólo mía. Yo merecía amarme.

Años después miré esa cicatriz, aquí dolió y aquí sanó, ya estoy lista.

Y así me uní a otra naranja, y fuimos dos naranjas completas, aún con sombras gigantes, y decidimos rodar juntas con otras dos naranjitas.

 

TORTAZO 2

¿Cómo explicar que entre más ascendía en ese trabajo más infeliz era?

Te puede sonar raro, pero a pesar de ascender yo me sentía insuficiente, por mi cabeza pasaban pensamientos como: “no tienen a nadie más para ese puesto y por eso me lo dan”.

  • No me sentía respetada
  • Ni escuchada
  • Creía que todos hablaban mal de mí
  • Era una conspiración en mi contra

Entonces decidí renunciar y emprender con un negocio on line.

Yo sola contra el mundo, cero contacto con lo humano, “hasta luego pues”, “suerte es que les digo”.

(Espera un momento y termino de reírme de mí misma)

Todas mis sombras me siguieron.

Entré a una escuela virtual para aprender sobre emprendimiento online y quería que los tutores se fijaran en mí, y cuando no lo hacían sufría.

Cuando comentaba en los foros me quedaba horas refrescando la pantalla para releer lo escrito y confirmar que sí me había expresado correctamente.

Un carrusel de pensamiento me atropellaba cada noche, me carcomía las neuronas pensando cómo mis compañeros se hacían amigos en la plataforma sin siquiera conocerse “face to face”.

Me sentía como en esas reuniones en la punta de la mesa, mirando mi celular mientras mis colegas compartían risas y anécdotas.

Las mismas emociones. ¡No soy nadie! ¡Otra vez!

  • Insuficiente,
  • inferior,
  • mediocre,
  • monótona,
  • imprudente,

He tocado fondo.

«No son los trabajos que tengo, soy yo la que ha creado esto, lo he creado porque lo creo», esto fue lo que aprendí.

Pero puedo superarlo.

 

 

ROSANA 3.0

Una versión 3.0 no pasa de la noche a la mañana, no pasa como se te antoja. Pero grábate esto: nadie tiene que darte permiso para que ocurra, sólo eres tú.

Nadie tiene que darte permiso para que ocurra, solo eres tú Clic para tuitear

Para mí, fue un conjunto de acontecimientos con una pizca de nuevos conocimientos.

Hoy vivo en la aceptación continua de mis luces y mis sombras.

Tomé la decisión de levantar la mano siempre que mi corazón palpitara, anunciándome que un pensamiento debía materializarse en verbo.

Tomé la decisión de abrirme y confiar en nuevos seres humanos. Al principio fui torpe y acartonada, pero cada vez me sale mejor, y dejé de estar en la esquina de la mesa refrescando actualizaciones de facebook.

Cada ser humano es un mundo por descubrir y no quiero volver a perderme eso.

Salto a mis miedos, presento mis productos, aún acojonada, pero lo hago. No hay otra forma de superarlo.

 

 

MI CLAVE DE SANACIÓN

Sé que para sanar mis creencias limitantes primero debo aceptar que están ahí, dentro de mí haciendo su fiesta.

Siempre que una situación o persona perturbe tu paz date un momento para analizar qué pensamientos estás brotando en tu mente.

  1. No tengas miedo de darles voz, déjalos ser, escúchalos, muéstrales la luz, no los resistas.
  2. Cuando tengas claros esos pensamientos, pregúntate qué estás sintiendo.
  3. Y libera el pensamiento, la emoción y el sentimiento.

Tú no eres nada de eso, pero si no traes eso a la consciencia no podrás liberarlos, sanarlos, y continuarás en la repetición de patrones.

Cuando me sentía aislada de mis colegas de trabajo los juzgaba, los calificaba como engreídos, superficiales, lameculos.

Pero había pensamientos que no permitía brotar a la superficie, no les daba lugar, aún así estaban ahí.

Estos pensamientos me decían “ellos son mejores”, “tu eres inferior, no estás a la altura”, “eres rara”.

¿Entiendes lo que hice?

Detuve la voz que juzgaba y esculqué en mi fondo para comprender realmente qué era lo que me generaba ese dolor…

Ahí estaba la música de fondo, mis creencias limitantes.

Cuando me pregunté qué me hacían sentir esos pensamientos, encontré: miedo, rabia, dolor, envidia, celos, inferioridad.

Y al final me decía:

«No soy nada de eso, esto va a pasar. Gracias por darme la oportunidad de ver dentro de mí para sanar».

Por eso cada situación fue perfecta, por eso amé mi fondo, comencé a poner luz ahí donde estaban mis sombras.

 

 

CONCLUSIONES: Colombia tierra querida, ¡Gracias!

Bella patria, sin ti yo no sería posible.

No nací para Barbie, ni con dinero para convertirme en una cuando creía que lo necesitaba, pero hoy comprendo que enfrentarme a todos los estereotipos de la época me permitió comprender mi real belleza.

Uno de mis maestros me dijo: “Quererte a ti misma cuando te dicen que eres linda es muy fácil”.

Bien, a mi me tocó la otra parte: quererme y reconocerme hermosa a pesar de que nadie me lo dijera, sólo yo.

Tuve que cavar hondo para lograr brillar con luz propia, sin listones, y sacar todo ese torrente de energía y pasión por la existencia.

Esta es mi voz, y sólo Colombia podía ser el escenario para entrenarla, el universo no se equivoca con esas cosas.

No nací para Barbie, ni para ser un molde diseñado por la sociedad, nací para ser Rossana, única, auténtica e irrepetible, como tú. Es esto lo que hace girar al mundo.

Te invito a descargar gratis mi guía para comenzar a dirigir tu vida y generar experiencias satisfactorias.

¿Hay bloqueos en tu vida?

Cuéntame cuáles son e identifiquemos juntas esas creencias limitantes que te atropellan.

¡Te espero en los comentarios!

 

Publicado en: DESARROLLO PERSONAL Etiquetado como: autoestima femenina, cómo sanar las creencias de la infancia, complejos físicos en la mujer, superar las creencias limitantes

Barra lateral principal

Copyright © 2022 · Genesis Sample en Genesis Framework · WordPress · Acceder

Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros para recopilar información estadística sobre su navegación y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias, generada a partir de sus pautas de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Acepto Leer Más
Política de cookies

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR