• Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal
logo-final
  • Inicio
  • Sobre mí
  • Servicios
  • Regalo
  • BLOG
    • ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO
    • DESARROLLO PERSONAL
    • MIS VIAJES
  • Equipo
  • Contacto

la mochila de tania

BALI ES NUESTRO: REIKI, PURIFICACIÓN, LUWAK COFFEE Y CENA CARA

5 mayo, 2017 por taniacarrasco 4 comentarios

Hacerle reiki a alguien de ciencias puras y que le funcione, es raro. Hoy toca día de purificación y de tirar la casa por la ventana.

Después del desayuno, Iván se encuentra indispuesto. Es lo normal después de un viaje tan largo y un cambio tan radical en la alimentación.

Nosotros llevamos aquí 6 meses y aún tenemos alguna que otra diarrea, pues imagínate para alguien que acaba de llegar y no tolera bien el picante.

Como María Luisa e Iván son de ciencias, entendemos que han traído medicación para cualquier imprevisto. La hemos traído nosotros que no nos medicamos casi nunca, pues imagínate si estamos hablando de una óptica y un médico.

Aunque damos por hecho que la medicación será su primera opción, Manu propone hacerle Reiki a Iván para ayudarle a encontrarse mejor. Manu me arregla a mi todos los males con el Reiki pero no para todo el mundo sirve.

Para nuestra sorpresa, Iván accede a dejarse tratar por Manué. 

Al cabo de un rato, cuando acaban con la sesión, Iván sale de la habitación con cara de sorprendido…«¿Qué me has hecho?», le pregunta a Manué ?

Para el bien de los 4, Iván empieza a encontrarse mejor. No podemos demostrar si fue por el Reiki o por cualquier otro fenómeno extraño, el caso es que al poco rato ya estábamos cogiendo las motos para seguir disfrutando de Bali.

El Templo Tirta Empul, es nuestro segundo destino.

El primer templo que vimos no recuerdo el nombre ni nada interesante que resaltar, a parte de los guapos que íbamos los 4 con el mismo sarong…

 

Otro detalle que podríamos resaltar es lo mucho que se le salen los ojos a los lugareños cuando ven a una muchacha blanca, sobre todo si encima tiene pechos…?

¡Gracias señor, por evitarme estos problemas!

Tirta Empul es un templo con piscinas, donde ponerte debajo de sus chorros te promete la purificación.

Al llegar, paga la entrada y ponte el sarong. ¡Qué mal huele la faldita esta leche!

A unos 200 metros de donde te han puesto el primer sarong, te venden otro si te quieres meter en las piscinas de purificación. 

¿Entonces para qué me han puesto el primer sarong en la entrada, si dentro tengo que pagar para ponerme otro?

¡Estas cosas me cabrean un poco!

Entre que no quiero pagar más, que el agua tiene que estar helada y que estoy en mis «días femeninos», me ofrezco a quedarme fuera y fotografiarles mientras ellos se purifican. 

Me alegro de mi decisión cuando veo dentro de la piscina a un señor dejando en el agua sus escupitajos, al más puro estilo de india (carraspeo exagerado y pollo pa fuera).

¡Qué bien que he elegido hacer de fotógrafa!

La verdad que cuando salen los 3 con el nuevo sarong, tan conjuntados y tan auténticos, se me pone cara de boba. ¡Qué guapos están así vestidos!?

Tirta Empul, Bali

Parece que se fuesen a poner a bailar los 3 al mismo tiempo, con un ojo para cada lado.

Se van metiendo uno a uno en el agua, congelada como si estuviésemos en los Alpes, y haciendo el ritual debajo de cada chorrito.

La verdad es que el espectáculo es muy bonito. Sólo espero que no se encuentren con el pollo del señor de antes. 

Mientras les fotografiaba a ellos, una muchacha española viajando sola, me pide si también puedo hacerle fotos a ella.

¡Claro mujer, trae para acá el móvil!

Llevo encima el móvil de María Luisa, el móvil de esta chica, mi mochila, la de María Luisa, las gafas de ella y las de Iván colgadas al cuello…con eso y con mi moreno playero, me falta decir «balato, balato» para que me confundan con una vendedora ambulante.

Purificados de arriba a abajo, salen del agua para secarse y seguimos viendo el templo. Como la comida del restaurante nos parece asequible, nos quedamos a comer allí.

Después, vamos en busca de las terrazas de arroz, tan famosas en Bali. No te sorprendo si te digo que nos perdimos, ¿verdad?

Cuando fuimos capaces de encontrarlas, nos bajamos de la moto y se acerca el «gorrilla» a cobrarnos.

¡10.000 rupias por moto, dice el notas!

¡Anda ya hombre! ¡Que llevamos un mes por Bali y no cuela!

Al final resulta que nos cobra la mitad sin rechistar, lo que quiere decir que costaba menos todavía.

Decidimos que las terrazas desde arriba son muy bonitas. ¿Para qué nos vamos a poner a andar entre arrozales si desde donde se ven mejor es desde arriba?

 

Mientras disfrutábamos del paisaje, pasamos al lado de un señor que vende sombreros hechos de hojas. Cuando le miro, me pide dinero para comer y se me cae el alma a los pies. Era un señor bien mayor, sin dientes, con las manos aún ágiles para permitirle hacer esos gorros que le sirven de sustento.

Le hago morritos a Manu para que me deje comprarle uno…Me ha recordado a mi abuelito Juan cuando se pasaba los días haciendo sillas con sus propias manos ?

 

La siguiente parada es la Elephant Cave. No tengo ni idea de qué es eso ni qué encontraremos allí…

A pesar de que llevamos todo el día rehuyendo visitar plantaciones de café, cuando nos lo han ofrecido 500 veces, acabamos entrando en una por casualidad.

Mi única intención era que María Luisa probase el Luwak Coffee. Ese café que dicen que es el mejor del mundo y que nosotros probamos en el hostel de Herman la semana pasada.

Al entrar en la plantación, un chico muy joven nos explica cómo hacen el café y nos enseña las jaulas donde viven las civetas (el animalito con el que hacen el negocio).

La civeta selecciona unos frutos que luego se come. Cuando caga lo que ha comido, esas bolitas sirven de ingrediente principal para la elaboración de este café. 

Ya te lo había contando, pero te lo recuerdo otra vez por si alguien se lo había perdido.

Después de la explicación, nos hacen una degustación de té gratis, si quieres degustar el luwak coffee lo tienes que pagar. Pero claro, eso no te lo dicen en los carteles…

Hay que reconocer que los tés estaban muy ricos…Eso sí, el café nos costó una pasta y estaba tan fuerte que no pudimos dar más de dos sorbos.

 

¡Este no era el recuerdo del luwak coffee que yo tenía!

Pero claro, una cosa es probar un preparado de luwak coffee con su leche, su azúcar y toda la porquería que le añadirán, y otra cosa bien distinta es probar el café en estado puro.

¡Te lo podías beber con cuchara de lo grumoso que estaba!

La visita a la plantación estuvo bien. No habríamos tenido otra manera de ver a las civetas ni de probar tantos tés diferentes. Quisimos comprar alguno en la tienda de la plantación, pero se nos salían totalmente del presupuesto.

Con altos niveles de teína en sangre, nos disponemos a visitar la Elephant Cave (cueva del elefante). El sitio era bonito y curioso, pero el único elefante que vimos era más pequeño que yo y estaba dentro de la cueva, en un rincón abandonado. 

¡Una turistada en toda regla!

Por no mencionar que entramos a un templo pequeñito que había en el recinto, donde un señor mayor nos cobró por ponernos arroz en la frente y hacer como que rezábamos con él…

 

¡6 meses de viaje y aún no las vemos venir!

Hoy, sí que sí, queremos llevarles al restaurante que no encontramos el otro día. Dando una vuelta por Ubud nos pareció volver a verlo y, si no nos lo han vuelto a cambiar de sitio, no tendríamos por qué tener problema en encontrarlo.

¡Lo encontramos pero no tienen mesa libre!

¡Chachi pilongui Juan pelotilla!

Como desde fuera se ve muy chulo y la carta nos convence bastante, decidimos esperar a que nos puedan dar mesa.

Yo me estoy haciendo pipí como una persona mayor, pido que me dejen pasar al baño y María Luisa se viene conmigo. Nada más entrar quedamos fascinadas con el lugar, pero cuando llegamos a las escaleras que suben al baño, acabamos de flipar del todo. 

 

Creo que hemos hecho bien en esperar…

Salíamos del baño cuando una camarera nos pregunta si estamos esperando mesa. Le digo que sí y me dice que ya podemos sentarnos, que hable con la chica del fondo.

Mientras María Luisa va a buscar a los chicos, yo me acerco a la chica del fondo…que me dice que no tiene mesa…

Le digo que tiene que tenerla porque una compañera suya me la acaba de ofrecer y, después de una pequeña discusión con otra de las camareras, me acaba dando una mesa del fondo.

¡Empezamos regular!

Tardan muy poco en tomarnos nota y ponernos la ensalada. La bebida rara que he pedido me deja en shock. ¡Qué delicia! Era una mezcla de mango, canela, pimienta…y no sé qué más…que me cautivó.

A los demás no les hizo mucha gracia…

El primer plato que llega es el mío, que menos mal que era frío. A los 10 minutos llega el de Iván, a los 15 minutos el de María Luisa y, ya estábamos terminando de comer los demás, cuando el de Manu no había aparecido aún.

Las camareras, pasando de nuestro culo en todo momento, no saben qué es lo que falta. Les explicamos tranquilamente y tardan otro buen rato en traer la cena de Manué.

¡Uy, uy, uy…que se está rifando una hoja de reclamaciones!

Se van a salvar porque la cena estaba muy buena. Un par de postres deliciosos remataron la jugada. El susto vino con la cuenta, donde nos cargaron un 20% de tasas, sin previo aviso.

Ay si supiese hablar balinés…

Esta cena era un capricho que nos queríamos dar, para honrar a la visita, pero se salía completamente de nuestro presupuesto. Si encima le añades un 20% de tasas, te ha jodido viva.

Empezamos los cuatro a rascarnos los bolsillos y ¡no traíamos dinero suficiente!

Manu cuenta varias veces, por si es que se había despistado en algún momento, pero nada; bueno, seguro que en un sitio como este se puede pagar con tarjeta…¡Pues no!

Así que le toca a mi cari salir a buscar un cajero para sacar más pasta.

Llevábamos un rato esperando a Manu cuando observo que hay un billete encima de una columna, allí a nuestro lado, justo donde se había puesto Manu a contar el dinero. Esto es lo que yo llamo una «manuelada».

Pero vamos, que ya me podía dar yo un punto en la boca, que siempre le dejo todos los cargos a él y encima me permito el lujo de criticar a mi cariño ?

Pero es que es tan gracioso…

Salimos del restaurante con un sabor agridulce: el sitio muy bonito, la comida estaba buena pero el servicio y las tasas nos machacaron completamente.

De repente, nos damos cuenta de que si hacemos el cambio a euros, nos hemos gastado en una cena cara, para 4, ¡30 euros!

¡Una ridiculez!

Nos entra la risa inevitablemente…

Al llegar a casa, después de la charla nocturna correspondiente, a dormir que mañana aún tenemos mucho por hacer. Nos hemos apuntado a unas clases de cocina balinesa y puede ser muy interesante. 

¿Que para qué carajo me apunto yo?, pues eso digo yo también…me podía haber quedado en la piscina más a gusto que un arbusto…pero nunca se sabe, ¿y si pasa algo interesante y me lo pierdo?

 

UN BESAZO GORDO

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: Bali, buena compañía, clear café, elephant cave, Indonesia, la mochila de tania, purificación, reiki, Templo Tirta Empul, terrazas de arroz, todo es mejor con amigos, Ubud

CAMBIO DE PLANES: VA A SER QUE LAS PLAYAS DEL SUR DE BALI NO ESTÁN TAN MAL…

27 abril, 2017 por taniacarrasco 3 comentarios

Estos días nos hemos dado una buena paliza intentando recorrer todas las playas del sur de Bali. Veníamos para un par de días y nos vamos a quedar otros cuantos…

Después de los accidentes playeros, tampoco conseguimos dormir muy bien.

Sin embargo, el hostal es una maravilla, el dueño sabe perfectamente cómo tratar a sus huéspedes y se encarga todo el tiempo de que te sientas como en casa.

Resultado: te sientes como en casa.

Nos levantamos ansiosos por saber de qué constará el desayuno de este hostal con tan buena fama.

Para empezar, nos preguntan si queremos café o té, pero cuando Manu pide té se niegan a traérselo.

Herman, el dueño, se empeña en que tenemos que probar su café porque es el mejor del mundo. Aunque creemos que está bromeando, no nos queremos quedar con la intriga.

con Herman al sur de Bali

Nos traen unas tacitas de cerámica y damos el primer sorbo…

¡Ummmm, qué bueno!

El café que te suelen poner con el desayuno de los hostales es café soluble, pero no el soluble que tomamos en España. El café soluble de Bali sabe a cualquier cosa menos a café. Bastante asqueroso.

Yo que no soy ninguna entendida en café, porque de hecho el que a mi me gusta tomar en España es el nescafé soluble de toda la vida, alucino con la tacita que nos ha preparado este señor.

De repente me salta la bombilla: ¡es luwak coffee!

Y, efectivamente, está considerado el mejor café del mundo, y el más caro, y nos lo están poniendo gratis con el desayuno…

¡Muuuuuy fuerte!

La verdad que llevaba días con ganas de probar el luwak coffee pero no lo tenía muy claro porque se obtiene de la caca de un animal llamado civeta.

No sé qué come este animal para cagar tan rico, pero mañana quiero otro coffee de estos.

El resto del desayuno nos desilusionó un poco porque se compuso de bollería. Bollería recién hecha con sabor a gloria bendita, pero bollería al fin y al cabo.

¡A Isaac le hubiese encantado este desayuno!

Pero Herman es tan majo, el sitio es tan limpio y tan barato, el café está tan rico y nos quedan tantas playas por ver, que estamos pensando en dejar lo del buceo para más adelante y quedarnos aquí otros cuantos días.

Igual a base de desayunar con bollos, consigo que este niño me coja algo de peso.

Estábamos terminando de desayunar y a punto de despedirnos para marcharnos a la ciudad donde teníamos pensado bucear, cuando han aparecido en escena Judith y Nacho.

Aunque hemos empezado a comunicarnos en inglés, a los españoles nos delata el acento que no veas. Estos dos sevillanos encantadores, han terminado de ayudarnos a tomar la decisión de quedarnos un día más.

Y ya cuando Herman nos ha dicho que nos daba un habitación mejor por el mismo precio que estábamos pagando por una habitación básica, no nos ha quedado más remedio que decir ¡sí quiero!

 

Como esta, que después de dar el «sí quiero», pensó que era buena idea despeñarse por un acantilado para hacerse las fotos de la boda ?

Después de pasarnos media mañana charlando con Judith y Nacho de todo un poco, ellos, que también pensaban irse hoy, han cambiado los planes igual que nosotros.

Hemos preguntado a Herman si tenía otra habitación para ellos y resulta que se deben haber alineado los astros.

Nos quedamos los 4 con Herman a disfrutar de la playa, del buen trato, de las playas asesinas y de la compañía de los que ya consideramos buenos amigos: Judith y Nacho.

Silvia, Isaak, os seguimos queriendo mucho y tenemos muchas ganas de veos, conste en acta ?

Este sitio está tan bien que suele estar lleno, así que ha sido toda una suerte que hayamos podido quedarnos con dos habitaciones sin problema.

Nos hemos tomado otro café de caca de civeta y nos hemos cogido las motos para enseñarles las playas del sur de Bali que nosotros no pudimos ver ayer.

Antes de iniciar el camino les he advertido que nos perderíamos unas cuantas veces. Íbamos a dirigir nosotros, porque ellos nos conocen la zona, y eso es garantía de que vas a dar vueltas a lo tonto, sin ninguna duda.

No les ha importado mucho y se han dejado guiar/perder en todo momento.

La playa de hoy, Nyang Nyang beach, es otra de las playas del sur de Bali donde remojarse el culo en la orilla es un deporte de riesgo.

Mientras la gente hace surf allá donde mires, nosotros bastante tenemos con mantenernos en pie en la orilla sin rompernos ningún tobillo.

Esta no tiene escaleras, pero tiene una pendiente de tierra de 20 minutos que para bajar es chunga, pero para subir ni te lo cuento.

Cuando nos hemos cansado de ser revolcados por las olas, hemos iniciado una conversación interminable en la arena.

Judith, psicóloga de profesión, me cuenta muchas cosas interesantes a cerca de su trabajo. Y a mi que me interesan mucho esos temas, me encanta escucharla.

Hemos comido arroz con cosas, bueno, bonito y barato y nos hemos separado unas horas. Ellos querían ir a ver un templo cercano y nosotros otra playa.

Estamos inspeccionando todas las playas del sur de Bali, a ver cuál nos gusta más para traer a María Luisa e Iván la semana que viene…

 

Iba ganando la Balangan Beach hasta que hemos llegado a Uluwatu Beach. Después de pagar el párking y que el señor que cuida las motos aparcadas nos quisiese vender setas alucinógenas, hemos iniciado la bajada.

Escaleras para aburrir, mucho garito con musicote y un montón de puestecillos de vestimentas imposibles, nos han indicado el tipo de playa que nos íbamos a encontrar.

Esperábamos una playa inmensa llena de jovenzuelos con ganas de marcha, hinchados de champiñones de la risa, pero no.

Una vez que hemos bajado las 2.500 escaleras, hemos llegado a una cueva donde las olas del mar pegaban con la misma fuerza que la que me arrolló ayer.

No me ha entrado cagalera de milagro.

Vamos que si no te has dado un atracón de setas alucinógenas no bajas ahí ni aunque te paguen.

Y si te has dado el atracón y bajas drogada perdida, prepara el testamento antes porque de ahí sales con los pies por delante.

Al llegar abajo, no había playa ni nada que se le pareciese. Sólo había gente intentando no morir aplastada contra las rocas de la cueva, cada vez que rompían las olas.

De pronto, he mirado a un lado y he visto un cartel que decía: «beach» y una flecha que señalaba el lado contrario al que estaba la gente.

Para pasar a la playa: un hueco entre las rocas del acantilado y un señor que te gritaba todo el tiempo para que hicieses el recorrido lo más rápido posible.

En ese hueco que daba acceso a la playa, las olas también pegaban con fuerza y sólo se veía agua por todas partes. Para cruzar al otro lado, había que subir por encima de unas rocas, esperar que las olas se calmasen un poco, y pasar corriendo mientras este señor te pegaba gritos.

Cuando hemos conseguido realizar la maniobra con éxito, nos hemos encontrado con una playa enana, con un barco partido por la mitad, súper pintoresca, donde había exactamente 3 personas: 2 turistas y una chica asiática con una nevera con helados para vender.

Creo que se los ha tenido que comer todos ella.

¡Qué bonitaaaaaaaa playaaaa!

No te puedo enseñar fotos porque nos bajamos con lo puesto, como si hubiésemos previsto lo que nos íbamos a encontrar. Y menos mal porque pasar por el agujero ese con la mochila, móviles, dinero, carnet de conducir, etc, no hubiese sido nada seguro.

Bañarse en Uluwatu Beach ha sido más fácil que en el resto de playas. Lo que no es fácil es llegar a la playa, pero bañarse puede considerarse sencillo si lo comparamos con la playa anterior. Había muchas olas pero no eran tan agresivas.

Ahora no sabemos cuál elegir como playa favorita para traer a nuestros amigos…

Desde luego esta esta última, Uluwatu Beach, es la más curiosa de todas las playas del sur de Bali que hemos visto, y nos habremos visto como 6 u 8 playas en estos dos días.

La vuelta al hostal ha sido horrible porque había mucho tráfico, pero al ir en moto se hace menos pesado.

Esperando a nuestros nuevos amigos para cenar, hemos vuelto a recapacitar: nos vamos a quedar aquí toda la semana.

El hostal es una maravilla, los precios son baratos y aún no conocemos todas las playas…necesitamos unos días más. Suerte que le han cancelado a Herman una reserva y hemos podido quedarnos con nuestra habitación.

Para cenar, hemos esperado a que volviesen nuestros amigos sevillanos y les hemos llevado a un restaurante muy chulo que tenemos al lado del hostal.

El restaurante tiene apariencia de caro, por lo bonito que es, pero los precios son muy parecidos a los de los puestos de la calle.

 

Velada tranquila y a la cama, que mañana seguro que hay más sorpresas.

ABRAZOS PLAYEROS

 

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: el viaje de mi vida, Indonesia, la mochila de tania, nyang nyang beach, playas de Bali, Twenty4seven Bed and Breakfast, uluwatu beach

ÚLTIMO DESTINO: INDONESIA. ¡QUÉ GANAS TENÍA DE CONOCER BALI!

13 abril, 2017 por taniacarrasco 8 comentarios

Ya hace tiempo que decidimos que Indonesia sería el último destino de este viaje. Llegar a Bali ha sido cumplir un sueño.

Ya antes de que la famosa película «Come, reza, ama» pusiese de moda este lugar, tenía ganas de conocerlo.

En su momento, quise que mi luna de miel fuese en Bali…pero acabamos en Lanzarote. Para que luego diga mi ex-marido que siempre se hacía lo que yo quería…

Bueno, este es otro tema ?

El caso es que ¡por fin he conseguido conocer Bali!

Incluso antes de salir del aeropuerto, pudimos comprobar la gran amabilidad de la gente de este lugar. El señor que atendió a Manué en inmigración se empeñó en explicarle en qué playa había más mujeres, obviando totalmente mi presencia ?

Al salir del aeropuerto a mi me parecía todo magia. Sentía que había llegado a un lugar especial, diferente.

recién llegados a Indonesia

Todo bonito, todos los edificios preciosos y…¡todo lleno de turistas!

¡Han colonizado Indonesia!

Aquí hay turistas para aburrir, por todos lados y de todos los colores. Y la verdad, no me extraña nada porque me parece un lugar maravilloso.

Tenemos reservado el hostal porque Isaak y Silvia también están aquí y nos vamos a alojar con ellos, al menos unos días.

Han cogido un hostalcito con psicina en Canggu, que tiene muy buena pinta.

Durante estos dos días que hemos pasado en Canggu, hemos visitado Denpasar (capital de Bali), hemos comido arroz con cosas, hemos salido por la noche a un garito súper chulo con pista de patinete donde se reúne la gente para hacer competiciones, me he comprado un «biniki» precioso por 10€, hemos usado la piscina, hemos visitado la playa…

 

La playa, un poco regular. Queríamos que Isaak nos ayudase a iniciarnos en esto del surf, pero justo el día que fuimos no estaban abiertos los establecimientos donde se alquilan las tablas.

Al final, lo que iban a ser dos días con ellos y una nueva separación, se ha convertido casi en un viaje conjunto.

 

Como donde estábamos no teníamos mucha intención de quedarnos porque la playa era bastante fea, nos mudamos con ellos al centro de Bali.

Concretamente nos vamos los 4 a las afueras de Ubud, pagando unos 12 euros por un hostal con desayuno incluído que está estupendo: Pondok Bali Home Stay.

Cuando llegamos al hostal, en un edificio típico balinés precioso, y vimos las habitaciones, nos pusimos los cuatro a saltar de alegría. Como el desayuno sea igual de bueno nos quedamos aquí a vivir.

Claro que, cuando comprobamos que dentro de las habitaciones teníamos la misma fauna que fuera, se nos pasó un poco el jolgorio. 

Pero a ver, ¿qué te esperas si estás en medio de la selva?, pues hormigas, arañas, lagartijas, todo tipo de bichos voladores, grillos…

No pasa nada, esto de los bichos lo tenemos ya más que superado. Ayudaría un poco que las hormigas y las cucarachas no andasen libremente por la cama, pero muy bien todo ?

Lo primero que hacemos es pegarnos una ducha, coger moto e irnos a visitar la ciudad.

El dueño del hostal no tenía dos motos de baja cilindrada disponibles y nos dio una gorda por el mismo precio. Se la dejamos a Isaak. Si nos para la poli para sobornarnos (cosa que por lo visto es bastante común) es probable que le pidan más dinero a él por tener una moto más chuli.

O al menos ese es el razonamiento al que hemos llegado nosotros.

La cantidad de motos que hay por aquí no es normal, se nota que es una ciudad muy turística por la densidad del tráfico. Pero aún así, es tan bonita…

Estamos pasando estos días entre arrozales y mercadillos, descubriendo restaurantes y haciéndonos con el lugar.

Uno de los mejores descubrimientos ha sido, sin duda, nuestro restaurante de los helados.

 

Bromeamos entre nosotros porque cuando volvamos a casa y la gente nos pregunte si hemos visto esto o aquello, igual no sabemos responder porque lo habremos olvidado. Pero si nos preguntan dónde se come bien o qué país tiene los mejor dulces, podremos hacer una tésis doctoral.

Ese día dejamos la nevera sin existencias.

El sábado y el domingo mi catarro era monumental, pero descubrí que mientras comía helado, el moqueo, el estornudo y la tos, paraban instantáneamente. Me gusta este remedio «natural».

Entre que la dueña del restaurante es súper amable, la comida está buena y tiene buen precio y los helados están de muerte, estamos haciendo alguna comida allí todos los días.

Ver, lo que se dice ver, no hemos visto muchas cosas. Nos estamos reservando para cuando vengan nuestros amigos María Luisa e Iván.

Después de Semana Santa, tendremos esta visita tan esperada y aprovecharemos para hacer turismo con ellos.

Mientras tanto, con dar un paseo mañanero, comer bien, tener tiempo para escribir desde mi fabulosa terraza y salir a conocer la ciudad en moto, nos está siendo más que suficiente.

Cada día me gusta más este lugar.

Cómo no van a querer venirse a vivir aquí los blanquitos…¡Yo también quiero!

Hay muchísimo extranjero viviendo en Bali y ahora lo entiendo.

Este sitio tiene un encanto especial. No sé si el resto de Indonesia será igual.

Llevábamos unos días aquí cuando llegaron unas amigas de Silvia. Al día siguiente, nos volvíamos a despedir porque se marchan los 4 a seguir con su ruta.

Es muy probable que nos volvamos a encontrar, así que ya nos despedimos por costumbre, sin el dolor de no saber cuándo volverás a verte.

Por cierto, del desayuno no he comentado nada pero es estupendo.

La foto del desayuno no se quiere subir…lo siento.Desde la terraza sólo se ve «verde» y montones de libélulas revolotean todo el tiempo. ¡Cómo me gustan las libélulas!

Así que desayunar con este paisaje es maravilloso.

No te preocupes que cuando consiga hacer alguna foto decente de los arrozales, te las pondré.

Lo peor de este sitio son los gallos, que nos recuerdan a los días pasados en Pai en el resort del «señor Huevo Frito».

¿Por qué cada vez que canta un gallo, en mi cabeza visualizo una escopeta?

Curiosas las asociaciones mentales que hacemos sin pretenderlo…

Otra de las cosas que estamos haciendo estos días es buscar alojamiento para cuando vengan nuestros amigos.

Por el precio de un hotelucho en España, aquí tienes una villa privada con piscina. Pero no te engañes, hay de todo…

Creemos que hemos dado con el alojamiento perfecto, pero eso no se sabe hasta que no duermes allí la primera noche.

Pero lo más súper curioso que nos ha pasado estos días es que ¡nos ha crecido una seta dentro del baño!

Sí, sí, como lo oyes, tal cual.

Ayer estaba pequeñita y hoy mide ya unos 3 centímetros.

Te lo muestro para que te hagas una idea de cómo está el panorama en el baño para crezcan setas en él…

Si te fijas en la foto, verás una pequeña seta a la izquierda y un montón de hormigas a la derecha. Lo bueno de las hormigas es que de dormir juntas nos hemos hecho súper amigas.

 

No Vanesa, no, las juntas del baño no las han limpiado nunca. Aquí los baños se alicatan y ya no se tocan hasta que la casa pasa a otra familia y la derrumban para hacerla nueva.

Hoy tenemos pensado salir a bailar salsa por aquí. Hemos visto que hay varios sitios y queremos probar. 

Por otro lado, el fin de semana tenemos intención de irnos de Ubud y hacer una ruta en moto por el sur de la isla.

Lo que buscamos básicamente es una playa en condiciones…

Deduzco que pronto tendré muchas cosas que contarte.

¿Encontratemos playas decentes?

¿Nos parará la poli para sobornarnos durante nuestra ruta en moto?

¿Cuando volvamos tendremos una plantación de champiñones en la habitación?

Te lo cuento todo cuanto antes.

Si me cuentas tú algo tampoco estaría nada mal.

¿Alguna recomendación sobre cosas que comer o visitar?

¿Algo que quieras saber y que no te esté contando?

Me puedes escribir para lo que sea ?

UN ABRAZO

 

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: Bali, Denpasar, el viaje de mi vida, Indonesia, la mochila de tania, Pondok Bali Home Stay

LA GRAN AVENTURA DE IR A LA PELUQUERÍA EN MALAYSIA A HACERTE UN CAMBIO RADICAL

7 abril, 2017 por taniacarrasco 26 comentarios

Llevábamos días pensando si Malaysia sería el mejor sitio para hacernos un cambio radical y creo que ¡hemos acertado!

Nos levantamos indecisos…hemos preguntado en muchas peluquerías y, aunque los precios no se salen de madre, nos da un poco de pereza gastarnos el dinero en esto.

Echamos cuentas continuamente y nos van saliendo…podríamos apartar unos ringgits para ir a la pelu…pero no lo tenemos claro.

Nos vamos a ir a dar un paseo por la ciudad y lo vamos pensando.

Queremos ir andando hasta un parque enorme que está como a una hora del hotel. Nos ponemos nuestras botas de montaña y cogemos el paraguas, porque hoy también amenaza tormenta.

Caminamos una hora…y otra…llegamos al parque…lo rodeamos durante otra hora en busca de la salida…y cuando por fin la encontramos ¡ya estamos hasta los huevos de andar!

Lo primero que encontramos es un parque de pájaros en cautividad al que nos negamos a entrar. Nos estamos sensibilizando mucho con estos temas y vamos a intentar evitar todos los lugares donde los animales sean explotados.

De todos modos, aunque quisieramos entrar, es carísimo.

Pero justo al lago, hay un parque de orquídeas que además es gratis.

No nos lo pensamos ni un momento, a pesar de que ya estamos bastante cansados.

Hacemos alguna fotillo, vemos algún lagarto, mucho chino cargando con varias cámaras de fotos y algún que otro mosquito joputa que nos come.

Pero disfrutamos porque aún no nos ha caído ni una gota y el día está más fresquito de la cuenta. Este paseo con la temperatura normal de Malaysia hubiese sido imposible.

 

Yo ya pensaba que nos íbamos a comer, cuando a mi cariño se le ocurre que vayamos a ver un lago.

No es que no me gusten los lagos, que me gustan mucho, sólo que cuando llevas 4 horas caminando sin parar, pues piensas más en comer que en otras cosas, sólo eso.

Aunque ya que estamos tan cerca ¡cómo no vamos a ir!

 

La verdad que era todo muy bonito y un gran pulmón para la ciudad. No creo que Kuala Lumpur tenga muchos más parques como este. Si no fuese por los animales en cautividad ya sería perfecto.

Pero sin duda alguna, lo que más me gustó de todo lo que vi fue esto:

 

En una pared de una calle cualquiera, medio autobus incrustado en el ladrillo con dibujos varios de niños haciendo diferentes cosas, me pareció tan original y artístico que hicimos medio millón de fotos.

Yo pensaba que lo del arte callejero era algo exclusivo de George Town pero ya he podido comprobar que no.

Después de eso, comemos de nuevo en el Arab Shawarma de ayer y para casa que…creo que hoy toca peluquería.

Finalmente decidimos arriesgarnos. Vamos a ver si nos cambian un poco a los dos.

Hemos elegido la primera peluquería en la que preguntamos hace ya un par de días. Fueron muy simpáticos y había bastante gente. Hemos interpretado estos datos como buenas señales, pero esto no siempre es acertado.

Cuando llegamos, a pesar de que la peluquería está hasta la bandera, nos sientan corriendo a los dos y se ponen con la tarea.

Muchas cosas tendrían que aprender las peluquerías en España de las peluquerías de Malaysia.

Lo primero que hicieron fue sentarnos y darnos una botellita de agua a cada uno, más un té recién hecho. Después, nos embadurnaron la cabeza con una especie de gel ¡y empezaron a darnos un masaje!

No simplemente a tocarnos la cabeza, no. A mi me dieron un masaje de 10 minutos que incluía cabeza, cuello y parte alta de la espalda. Insistiendo incluso en las contracturas que iban apareciendo.

 

Con Manué no sé lo que hicieron porque yo estaba con los ojos cerrados tan agustito.

En la pantalla de televisión sólo salían raperos negritos dándolo todo, con lo cual, cuando pude abrir los ojos lo que podía ver en la tele tampoco estaba nada mal.

Pero lo mejor no queda ahí. A todas os suena el momento en el que te llevan a lavarte el pelo y tienes que ingeniártelas para no partirte la crisma, ¿verdad?

De hecho, dicen que la hernia cervical que yo tengo es de un accidente de tráfico pero yo juraría que es por culpa de la posición que tiene que adoptar mi cuello cuando me lavan el pelo en la peluquería.

Esos lavacabezas que parecen muy modernos pero que tienen de cómodos lo mismo que dormir sobre alfalfa.

Si, esos lavacabezas en los que, mientras te están dando restregones, no puedes para de pensar en la resonancia cervical que te vas a hacer nada más salir.

En esta estupenda peluquería de Malaysia (Peluquería Joe en el Pudu Plaza Shopping Center de Kuala Lumpur), los lavacabezas son camas comodísimas donde estás prácticamente en horizontal y tu cuello descansa sobre algodones.

Y ahí, lavándote la cabeza puedes disfrutar del segundo masaje.

Vuelvo a sentarme en el sitio que me han asignado para mi cambio de look. Una muchacha asiática, joven y de pelo entre azul y morado, me da otro masaje y yo ya no sé con quién me quiero casar…

Mientras yo disfruto de mi tercer masaje, Joe (el dueño de la pelu) va acabando con Manué.

Para una vez en su vida que mi cari quiere un cambio novedoso, van y le dejan igual pero con una raya en un lado, tipo machetazo.

Muy guapo, porque el que es guapo es guapo, pero con poco cambio la verdad.

Viendo a Manu me relajo. Lo peor que me puede pasar es que yo también me quede igual que he venido…supongo.

Empiezan conmigo. He decidido ponerme algunos ricitos y ahora tengo a 4 peluqueras, y a Joe que viene de vez en cuando, poniéndome bigudíes con algo menos de sensibilidad de la que usan para dar los masajes.

 

No sé si saldrán ricitos o no pero las arrugas me las han quitado con tanto estirón de pelo.

Manu está leyendo, ajeno a lo que está pasando en mi cabeza.

Después de un buen rato de bigudíes me ponen unas orejeras y una toalla a modo de turbante. Todo para que al echarme un líquido apestoso por toda la cabeza, este no se repartiese por ninguna otra superficie.

Aún así, con orejeras y todo, tenía líquido hasta en las puntas de los pies.

rizándome el pelo en Malaysia

La rutina de echarme líquido, plantarme un gorro, ponerme el casco ese que echa humo y dejarme recociendo unos minutos, se produjo 3 ó 4 veces.

Y, de repente, llegó el momento de quitarme los bigudíes.

2 peluqueras muy majas me los van sacando uno a uno, mientras Joe viene a revisar el trabajo de vez en cuanto.

Yo no quiero mirar…

Cuando abro los ojos…toda la peluquería me mira con los ojos muy abiertos a pesar de tenerlos rasgados. Casi se les quedan ojos de occidentales.

Manué, muy simpático, espeta: «¿quién eres tú?»

Y te tienes que callar por no decirle que a él le han dejado más entradas…

Me vuelven a llevar al lavadero y la chica me pregunta que si es la primera vez…

La primera vez que qué…

  • ¿la primera vez que se me va la olla?
  • ¿la primera vez que voy a la peluquería?
  • ¿la primera vez que busco la manera de no tener que peinarme?

Noooo, qué va, son cosas que ya he hecho más veces a lo largo de mi vida y que han tenido diferentes repercusiones.

Después de lavarme la cabeza por segunda vez, se ponen conmigo otras dos peluqueras, cada una con un secador en la mano. Y eso que tengo la cabeza bien pequeña.

Primero me vierten un bote de espuma en el pelo y luego empiezan a darle al difusor muy concentradas.

¡Hemos acabado!

Me miro al espejo y me parto de risa. Los demás no podían reírse para fuera pero creo que toda la peluquería se estaba riendo para dentro. Y eso que seguro que no conocen a Nina la de OT.

Aún así, yo estoy muy contenta con el resultado, esto me va a ahorrar mucho trabajo.

Ya no tengo que escribir artículos para ayudar o hacer reír a la gente, ahora lo único que tengo que hacer es poner fotos mías con el nuevo look y la diversión está asegurada.

Voy a poder hacer reír a muchas personas sólo yendo a la pelu de vez en cuando…¡he descubierto mi nueva vocación!

 

Ale, a reirnos todas.

Ya iré poniendo más fotos para que nos vayamos acostumbrando???

Sólo nos quedan un par de días en Malaysia antes de volar hacia Indonesia. Bali nos espera y allí mismo nos encontraremos de nuevo con Silvia e Isaak y quizá también con Will y Erika (los que nos ayudaron con la cena española para 40 personas).

Te sigo contando muy pronto.

¿Qué te ha parecido mi look?

Recuerda que la sinceridad no siempre es una virtud ?

UN ABRAZO

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: atrévete, cambio radical, el viaje de mi vida, kuala lumpur, la mochila de tania, malaysia, sin miedo a los cambios

ÚLTIMOS Y APASIONANTES DÍAS EN KUALA LUMPUR

6 abril, 2017 por taniacarrasco 11 comentarios

Aunque Kuala Lumpur no es una ciudad que nos haya enamorado, aún nos quedan unos días aquí y pensamos aprovecharlos al máximo.

Cuando llegamos al hotel aún no eran las 7 de la mañana, así que la señorita de la recepción nos dijo que teníamos que esperar hasta las 14:00 para entrar en la habitación.

Con más hambre que los pavos de Manolo, nos vamos en busca de algún sitio para desayunar…

Teniendo en cuenta que son las 7 de la mañana y que no queremos desayunar nada que lleve arroz o noodles, lo tenemos muy complicado. Los únicos restaurantes abiertos a esas horas son los chinos.

Pero no penséis que aquí los chinos trabajan como en España, de sol a sol. Aquí la gran mayoría de los restaurantes chinos abren a las 6 de la mañana pero a las 3 ya han cerrado, para no volver a abrir hasta el día siguiente.

Después de andar y andar y no encontrar nada más que Starbucks y McDonalds como alternativa a la comida china, nos pasamos por el mercado, compramos fruta y nos vamos a esperar al hotel.

Estamos muy cansados y necesitamos reponer energía.

Nos pasamos toda la mañana en la recepción un poco desesperados por poder entrar a la habitación y darnos una ducha. Lo raro es que, aunque no nos daban la habitación, por allí no se veía movimiento de huéspedes.

Si se supone que nuestra habitación tenían que desocuparla otras personas, ¿por dónde habían salido éstas si llevábamos toda la mañana en la entrada del hotel y no habíamos visto salir a nadie?

Pasadas las 14:30, desde las 9 que volvimos de comprar la fruta, nos da por preguntar…

La chica de recepción que nos había atendido cuando llegamos, había hecho el cambio de turno sin comunicar que estábamos esperando habitación. Con lo cual, los recepcionistas que entraron después pensaron que éramos huéspedes aburridos y pasaron de nuestro culo.

No se les ocurrió preguntar por qué demonios llevábamos toda la mañana ahí sentados, medio moribundos.

Para compensar, nos dieron una habitación con ventana…

Hay que decir que a pesar de ese detalle, recomendamos totalmente el hotel Urban Bird de Kuala Lumpur, por su comodidad y limpieza y porque la gente que lo lleva es encantadora. 

Por no hablar del precio…Por 3 euros más de lo que pagábamos en el antro del Razzies guesthouse, tenemos una habitación en un hotel muy apañado.

Aún no entiendo porqué ese sitio está el tercero en tripadvisor…

Cuando por fin nos dan la habitación, cogemos la ducha con mucho gusto y salimos a comer algo, antes de coger la cama con más gusto todavía.

Nos dirigimos al mercado de nuevo, donde habíamos visto un montón de restaurantes, aunque a mi lo único que me pedía el cuerpo era una sopita de verduras.

Acabamos comiéndonos un perolón de sopa de «noodles con cosas» que no habíamos comido antes, en una mesa con bombona de butano incorporada, donde se iba haciendo la comida al mismo tiempo que te la comías.

 

Curioso, bastante rico y caro…Pero nos gustó.

 

Preguntamos si tenían pan chino para mojar en la sopa y el dueño del local nos miró con cara rara…

«¿Pan chino?, eso no existe»

Le explicamos que en España todos los restaurantes chinos sirven una bola con olor a churro que ellos llaman «pan chino» y que sube el colesterol sólo con olerlo.

El señor insiste en que tal cosa no existe ni es típica de la gastronomía china, que posiblemente será un invento para occidentales.

¡Justo lo que nos temíamos!

Llevamos muchos restaurantes chinos recorridos y en ninguno hemos visto el llamado «pan chino»…Seguiremos investigando…

Dormimos como angelitos y nos despertamos con hambre.

Después de comernos unos plátanos, un coco y arroz con cosas, nos vamos caminando al centro en busca de un Kebab.

No es que seamos muy aficionados a los kebab, pero este sitio nos lo habían recomendado nuestros amigos Isaak y Silvia encarecidamente.

El lugar, cerca de chinatown, no es más que un cuartucho donde un muchacho joven hace este tipo de comida, a diestro y siniestro.

 

Lo malo es que cuando alguien te recomienda algo con tanta efusividad, normalmente no te parece para tanto…

Pues en este caso ¡nos pareció increíble!

Pedimos dos kebab diferentes que sabían a gloria bendita. Nos mirábamos con cara de «madre mía que rico está esto», pero no podíamos ni hablar de lo mucho que estábamos disfrutando comiendo.

 

El cocinero, un chico sirio que se gana la vida como puede, es más que reconocido en el sector. Las reseñas en tripadvisor le han hecho famoso y tenemos que decir que está totalmente justificado.

Han sido los mejores kebab que hemos probado nunca.

¡Gracias por la recomendación chicos!

Arab Shawarma, una delicia que no te puedes perder si pasas por Kuala Lumpur.

 

Cuando llegamos a china town, empezó a llover, pero eso no nos impidió disfrutar del paseo. De hecho, volvimos andando también.

Dicen que las mujeres somos malas con la orientación, y yo soy un claro ejemplo de eso, tengo que reconocerlo. Del comentario de que las mujeres somo malas con la orientación, se deduce claramente que los hombres son buenos…

Pero ¿cómo solucionarlo cuando los tópicos no van contigo y ni la mujer ni el hombre atinan ni una?

¿GPS?

No amiga, eso es lo que llevábamos en la mano, el gps.

Pues ni con gps es capaz mi Manué de evitarme unas cuantas vueltas turísiticas por la ciudad…

Incluso a veces le tengo que decir: «Cariño, es por allí…», ¡y acierto y todo!

Los kebab nos dejaron sin hambre, así que con un yogurt para la cena acabó el menú del día.

Otra vez hemos dormido como angelitos…

El día siguiente se sucede como una excursión gastronómica muy interesante. Desde luego, si por algo hay que venir a Malayisa es por la comida.

Antes de irnos al centro de la ciudad en busca de algo de ropa para mi, pasamos al bar del hotel a degustar unos wafles.

Esto de los wafles no es nada asiático y aunque pensamos que serían un tipo de gofre sin más, nos llevamos una gran sorpesa.

El precio nos pareció tan caro que sólo pedimos uno para comprartir, el recomendado por el chef. Cuando lo trajeron…¡parecía una obra de arte!

No pude hacer ninguna foto porque cuando nos quisimos dar cuenta ya lo habíamos engullido…¡exquisito se me queda corto! 

La masa era dulce pero el relleno salado, tenía como capas muy finas de atún por encima y una salsa parecida a la mostaza adornando el pastelito. Una cosa muy rara y deliciosa.

Con el estómago lleno, nos vamos caminando al centro, sin paraguas, justo el día que más diluvia. La zona concreta se llama Bukit Bintang y se supone que es la zona «bien» de esta ciudad.

Después de darme unas cuantas vueltas por las tiendas más molonas de Kuala Lumpur, desisto de comprarme nada porque o yo me he vuelto muy clásica o aquí hasta al de Zara se le ha ido la pelota.

Me ha parecido relevante, aunque tampoco puedo adjuntar docmento gráfico, que al igual que están de moda los sujetadores con relleno, lo que más se lleva aquí son las bragas con relleno de culo.

Pero unos culos impresionantes eh. Ay si estoy se hubiese inventado antes a más de una amiga mía le hubiese cambiado la vida en su adolescencia.

Llueve tantísimo que nos sentamos en unas escleras a esperar a ver si se calma un poco la tormenta. Nada más apoyar el culete, un guardia de seguridad se acerca a prohibirnos que nos quedemos allí sentados.

Bukit Bintang- Kuala Lumpur

En ese momento, un señor que había de pie justo a nuestro lado, empieza a meterse con el guarda en nuestra defensa y exige hablar con el responsable del centro comercial.

La verdad que nos pareció totalmente ridículo, con la que estaba cayendo, que te puedas quedar allí de pie a echar el día pero no puedas apoyar el culete en esas mismas escaleras.

Al final no pasó nada y acabamos haciándonos todos amigos. El muchacho era un simple trabajador nepalí, con el cariño que le hemos cogido a ese país, y tampoco creo que lo hiciese a malas el pobre.

En realidad fue un día estupendo, me sentí como en casa, muy integrada…

 

Ya llevábamos unas horas caminando de un lado a otro, entre centro comercial y centro comercial, cuando decidimos coger el metro de vuelta.

Vamos a cenar y reflexionar…

Nos estamos planteando una cuestión de vida o muerte…

Llevamos todo el día preguntando en diferentes peluquerías con la intención de hacernos algún cambio y…puede que mañana se al gran día.

¿Me lo tiño de azul? ¿Me lo rizo tipo Nina de OT? ¿Rapamos a Manué?

Se aceptan sugerencias ?

UN ABRAZACOOOOO

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: Bukit Bintang, comida malaya, el viaje de mi vida, kuala lumpur, la mochila de tania, Razzies guesthouse

NOS VAMOS DE LAS ISLAS PERHENTIAN ANTES DE LO PREVISTO

31 marzo, 2017 por taniacarrasco 2 comentarios

Las Islas Perhentian nos decepcionaron al llegar pero justo cuando le habíamos empezado a coger el gustillo nos tenemos que marchar…

Hemos descansado fenomenal, no puede ser lo mismo dormir en una ciudad que en medio de la selva frente al mar.

Vamos a desayunar y nos encontramos con el amigo de Manu del curso de  meditación vipassana. Su nombre es Patrick y se aloja con otra compañera del mismo curso llamada Mayka, que también nos encontramos ayer por casualidad.

Después de desayunar y mantener una larga conversación sobre psicópatas, meditación y problemas de pareja, él se va a bucear y nosotros nos venimos a nuestro bungalow. 

Hemos comprado arroz con cosas para llevar de un puestecillo, porque era baratísimo. Cuando lo hemos abierto a la hora de la comida, seguía siendo baratísimo, y escasísimo.

 

Mi cariño va a desaparecer como sigamos comiendo así.

Con el estómago medio “lleno”, nos hemos ido a la playita a disfrutar un poco del mar. Para llegar a la playa más decente tenemos unos 20 minutos de caminata, que menos mal que son a la sombra.

Por el camino, siempre te cruzas con algún lagarto de medio metro (y bastante mayor si tienes suerte), montones de mariposas y ardillas correteando por todos lados.

 

La única rata que hemos visto ha sido la de nuestra habitación. Somos unos suertudos.

A medio camino, una vocecita masculina nos llama por detrás. Patrick había ido a buscarnos al bungalow y como no nos había encontrado había pensado que estaríamos en la playa.

Ha sido una tarde muy agradable porque este muchacho tiene muchas cosas interesantes que contar, y casi siempre le entiendo sin necesidad de traductor. 

A media tarde, duchita y a buscar sitio para cenar. Hemos quedado con Patrick en que pasaríamos por su bungalow, y esperaríamos a que Mayka saliese de su curso de buceo, para cenar los 4 juntos.

Nos vamos a “long beach”, la playa de los jóvenes con ganas de fiesta. Nos sentamos en un restaurante a dos metros del agua y pedimos varios platos de comida asiática.

 

Cuando habíamos acabado de cenar, Patrick comenta que nos ha hecho una foto muy bonita a Manu y a mi cuando estábamos en la playa.

¡Qué ilusión! ¡Quiero verla!

Patrick me pasa la cámara y en la foto se ve el mar y Manu y yo de espaldas, cogidos de la mano, a punto de entrar al agua. 

Bien.

No estaba preparada para ver esa foto de mi nuevo culo sin avisar, así que me he quedado blanca.

Patrick me pregunta que qué pasa, que es una foto muy bonita. Digo si, una foto muy bonita de mi gran culo, y dice: “eso es, un culo grande, muy bonito”. 

?????????????????

En ese momento, se me han abierto la boca y los ojos al mismo tiempo, se me ha cortado la respiración y la vena de la frente seguro que estaba a punto de explotar.

Manu lo ha mirado intentando advertirle de que fuese avisando a sus familiares porque el momento de su muerte había llegado, pero al muchacho le ha parecido que me estaba echando un piropo.

Nada oye, que he vuelto a recuperar mi culo perdido después de tantos años…En alguna ocasión se lo había pedido al universo, en un acto de locura transitoria supongo, y parece que me ha escuchado.

Pero es que te he pedido muchas más cosas señor universo, ¡a ver si me las traes todas igual de rápido!

Cambiemos de tema…

Las Islas Perhentian nos hacen acordarnos de Koh Kood inevitablemente y, a la comparativa, salen perdiendo. Por eso lo mejor es no comparar y disfrutar de lo que te ofrece cada lugar.

Porque cada lugar es único y es muy probable que no lo vuelvas a pisar.

Coral bay- Islas Perhentian

Estos días estamos “coincidiendo” mucho con los compis de Manu del curso de vipassana. Con Patrick pasamos casi todo el día. A pesar de su desafortunado comentario sobre mi culo me parece un tío muy interesante.

Anoche, cenando y bromeando sobre que Manu no quiere casarse conmigo, Patrick abre los ojos de par en par y le dice a Manu: “¡pero cómo que no! ¿es que no has visto el culo que tiene?”…

Permanece atenta a los noticiarios: “americano asesinado en las Islas Perhentian por una española culona”. Y la que avisa no es traidora, es avisadora. 

Por las mañanas, solemos estar solos porque Patrick y Mayka tienen cursos de buceo. Aprovechamos para leer y escribir porque en las primeras horas del día no da el sol en el bungalow y se está de lujo con las vistas que tenemos.

Por la tarde sería imposible plantearse tal cosa…Tenemos ventilador en la habitación pero la luz sólo llega de 7 de la tarde a 7 de la mañana, así que antes de las 19 no lo podemos encender. Si nos diese por quedarnos en el bungalow por la tarde nos desintegraríamos.

Después de comer, salimos en busca de sol y playa.

Ayer disfrutamos de una mini playa rodeada de rocas llenas de cangrejos. Cuando llegamos y fuimos a dejar las cosas colgadas en un árbol, pudimos ver en el tronco un lagarto cambiando la piel.

Parecía que estaba muerto, pegado al tronco, con el mismo color de este y con una capa casi transparente que se iba despegando de todo su cuerpo.

 

Un poco más tarde llegó Patrick y al rato apareció por allí otro español, de Santander, con el que estuvimos charlando un rato. Así que nada, ya somos otros cuantos para cenar.

En la mesa: Patrick, Mayka, Nacho, un amigo alemán cuyo nombre fui incapaz de entender, Manué y yo. Una cena interesante, repleta de arroz y noodles con cosas, pero tremendamente rica.

Pero Nacho no ha sido el único español que hemos encontrado en la isla. Casualmente nos hemos cruzado con un grupito de andaluces cuyas chicas eran de Úbeda. ¡Qué bonita Úbeda y qué amigas más majas conocí allí!

Lo que más nos gusta de la isla no es el mar, no. Lo que más nos gusta es que estamos durmiendo mejor de lo que dormíamos en mucho tiempo.

Hoy, después de despertarme, he decidido hacer mis ejercicios de meditación en la terraza. Las vistas al mar son tan espectaculares que he pensado que era mucho mejor que hacerlo dentro.

Sólo tenía que rezar para no ser atacada por los mosquitos.

Poco antes de terminar, ha empezado una gran tormenta. Una tormenta preciosa en la que no he podido evitar sumergirme.

Me he salido fuera para dejarme mojar y sentir el frescor de la lluvia en plena selva.

Qué precioso presenciar estas cortas tormentas que vienen para refrescarte el día y el alma. 

Justo después, mientras observaba la isla desde la terraza, un gran arco iris se ha presentado delante de mi para que lo contemplase.

No tengo palabras, ni fotos adecuadas, para describir tanta belleza. 

 

Rápidamente he llamado a Manu, que meditaba en la cama, para que no se perdiese el espectáculo.

Habíamos quedado con Patrick para desayunar e irnos a hacer una excursión de snorkel por diferentes playas, pero el día no acompaña y habrá que dejarlo para otra ocasión.

Para celebrar el bonito despertar que he tenido, he desayunado un crepe de chocolate más rico que todas las cosas. Luego no quiero que me crezca el culo…Pero hacía tanto tiempo que no me comía uno que ya no me he podido resistir más.

Después, Manu y Patrick han querido irse a dar un paseo, y yo me he venido a escribirte. El caso es que no para de llover, así que supongo que estarán debajo de algún sitio pensando en la forma de volver a recogerme para comer.

Cuando me he cansado de esperar a que me príncipe viniese a salvarme del aguacero en un velero blanco vestido de oficial de la marina, me he puesto encima una toalla y he salido pitando.

Por si se le estropeaba el velero, habíamos quedado a las 2 en un restaurante y el hambre acuciaba.

Estos dos han llegado tarde. Estaban lejos descubriendo nuevos rincones de la isla y la vuelta ha sido difícil con tanta lluvia. Han llegado empapados de arriba abajo, pero muy contentos.

Al hacer snorkel han podido incluso ver tiburones y eso no pasa todos los días. 

El día de hoy no ha dado para mucho porque no ha parado de llover. Después de cenar, hemos ido a tomar algo a un restaurante donde proyectan pelis y nos hemos quedado a ver la que estaban poniendo.

Mala, muy mala y sin subtítulos, pero cuando no hay nada mejor que hacer disfrutas aunque ni siquiera sepas lo que están diciendo. Era tan mala que ni siquiera necesitabas saber inglés para entender lo que iba a pasar a continuación. 

Al acabar la peli, cada mochuelo a su olivo aunque ninguno de los 4  hayamos podido pegar ojo en toda la noche.

Muy poco después de acostarnos se ha desatado una tormenta de esas de película de terror. Los truenos y los relámpagos eran tremendos y el agua caía a mares.

Estando en una cabaña en una isla selvática donde los monzones pueden llegar a ser preocupantes, ya me veía yo flotando dentro de la cabaña, pero en medio del mar. 

Al ruido y al respeto le añadimos que nos hemos pasado la noche meando, de escuchar tanta agua caer. Por no hablar de que nos hemos tenido que levantar a cerrar una ventana que se había abierto sola con tanto ajetreo.

Además, debido a la inestabilidad de las construcciones, temíamos que de un momento a otro empezase a entrar agua por cualquier sitio, o a caer por el techo, y nos tuviésemos que poner a achicarla de mala manera.

Al final, no ha llegado la sangre al río y hemos sobrevivido. El día también amenaza tormenta y al parecer la isla va a estar igual toda la semana, así que estamos pensando en marcharnos. 

Y estaba yo en mis pensamientos cuando, observando el paisaje desde la terraza, he visto un gatito lindo acercándose al bungalow. Le he observado mientras subía despacio las escaleras de piedra, como buscando algo.

De repente se ha agazapado y a los dos segundos se ha abalanzado sobre un arbusto. Un pequeño ratoncillo ha salido corriendo en ese momento, con la esperanza de salvarse.

El gato lo ha enganchado con la boca y se ha apartado tranquilamente a comérselo a un rincón. No he podido continuar mirando la dantesca escena.

Pensaba que lo de que los gatos comían ratones no era del todo cierto. Pensé que sólo los mataban por diversión, cual cazadores furtivos.

Pero no, los cazan y se los comen con la misma tranquilidad con la que se quedan luego mirando al horizonte sin moverse durante horas.

Hoy se marchan Patrick y Mayka, así que desayunaremos y comeremos con ellos. Nos diponíamos a llegar al restaurante para desayunar…

Por el camino, una hilera de hormigas trabajaban sin descanso. Menciono este detalle porque aquí las hormigas no son normales, ni en color ni en tamaño. Sí, ya sé que en España también podemos encontrar hormigas grandes pero te aseguro que estas son otra cosa.

Si te paras a observarlas puedes comprobar que, a la hilera de hormiguitas trabajadoras, les vigilan otras más grandes que se quedan a los lados: las hormigas guerrero.

Yo no las había visto nunca pero Manu, que ya fue atacado por una en el retiro de vipassana, ha querido que me acercase a mirarlas. Y en ello estábamos cuando: “Ahhhhhhhhhhrrrrrrrjjjjjj”, le han vuelto a atacar.

Una de las hormigas guerrero ha saltado sobre su pie, hincándole las pinzas y haciéndole sangre. Muy simpaticotas estas hormigas.

Durante el desayuno, nos hemos dado cuenta de que la isla ha sido colonizada por españoles. Hemos encontrado más españoles en 3 días que llevamos aquí que en los 5 meses anteriores de viaje.

Y si mencionamos las nacionalidades de habla hispana ya sí que sí superaríamos a la población malaya.

Sin ir más lejos, hemos coincidido con unas argentinas que habían tenido que ser atendidas de urgencia por picaduras de este pez que Isaac tocó el otro día.

Nos han contado que es una especie muy venenosa que provoca un inmenso dolor y que puede acarrear graves problemas.

¡Qué suerte tuvimos!

Por lo visto, después de picar a una de las muchachas, el dolor era tal que la tuvieron que llevar al hospital en lancha (la «ambulancha» supongo).

Cuando le pusieron la medicación y el dolor remitió, volvieron a la playa. Mientras la chica se recuperaba del susto, su amiga volvió a meterse en el agua para darse un baño…¡y lo pisó!

¡Ole la gente gafe!

Con tan mala suerte de que la «ambulancha» no puedo venir a por ella y le tuvieron que poner una serie de megunjes hasta que el dolor fue cesando un poco.

Según ellas, nunca en su vida habían sentido tanto dolor.

Ya es mala suerte…

Al despedir a Patrick y Mayka, decidimos que nuestra visita a las Islas Perhentian también está tocando a su fin.

No tiene demasiado sentido quedarse en una isla donde lloverá todos los días durante las próximas semanas.  Y mira que me gusta mirar la lluvia cayendo sobre el mar desde la terraza del bungalow.

Nos acostamos sabiendo que será nuestra última noche. Con pena, pero convencidos por la tormenta que, de nuevo, no nos deja dormir.

Sin embargo, el día que nos vamos se despierta casi despejado y sale el sol. ¡Mierda! Si no hubiésemos reservado ya el bus y el hotel nos quedábamos un día más.

“Cariño, el sol sólo ha salido a despedirnos…”, me consuela Manué.

Y así fue, al poco rato el cielo se volvía a nublar y caían las primeras gotas.

Este niño casi siempre tiene las palabras exactas para mi…Excepto cuando me dice: «lo que a ti te pasa es que no metabolizas bien los azúcares y acumulas tejido adiposo».

«¿Ah si?. ¿Y dónde acumulo tejido adiposo cariño?», le pregunto con rintintín. Y ahí acaba la conversación porque él no quiere morir tan joven. 

Disfrutando de nuestro último desayuno en la isla, una parejita uruguaya nos interpela para hacernos preguntas.

Nuestra opinión de las Islas Perhentian no es la mejor, Koh Kood dejó el listón muy alto, pero hemos estado a gusto. Lo mejor de todo es que gracias a que nos vamos y que nos han preguntado, van a poder quedarse con nuestro bungalow.

Los bungalows de este lugar, el Butterfly, son más bien básicos y sucios. Tampoco te extraña si piensas que los tienen que hacer a mano, sin demasiada ayuda, y que están en medio de la selva.

Pero el caso es que están casi siempre llenos. Deducimos que la relación calidad-precio, si los comparas con los demás alojamientos, tiene que estar bastante bien.

Nos despedimos de Juan y Lara y nos vamos hacia la lancha que nos devolverá a Kuala Besut para coger el bus a Kuala Lumpur.

El recuerdo del viaje en lancha cuando llegamos hace unos días, no se ha borrado de mi memoria. Dimos tantos botes que si llego a llevar tampón se me  hubiese salido.

Esta vez, lo llevo…No exactamente el tampón, más bien la copa menstrual, pero el caso es que llevo algo ahí metido que podría salírseme por la boca.

En la lancha: los 3 “conductores” (en realidad sólo conduce uno pero los otros dos van ahí, animando), una italiana, Manué, yo y mi copa menstrual.

Demasiada poca gente…vamos a salir volando en algún bote seguro…Cuanta menos gente, menos pesa la lancha y más botes pega.

 

Nada más empezar el viaje, la italiana, que se había colocado delante donde los botes se hacen más bruscos de la cuenta, intenta irse para atrás y se cuela entre dos asientos.

Le desatascamos el culo del agujero y continuamos la marcha. Otra que acumula tejido adiposo…

El conductor, un muchachito veinteañero, alardea de motor y hace que la parte delantera de la lancha se levante completamente, mientras nos regala alguna sonrisilla cómplice que quiere decir: “sujetaos los empastes que os vais a cagar”.

Notamos que se desvía hacia la isla de al lado y suponemos que vamos a recoger a más gente.

A lo lejos, en una de las playas, un montón de lanchas llenas de turistas esperan algún acontecimiento. Nuestra lancha, se dirige hacia ellas a toda pastilla.

Cuando ya estamos bastante cerca, le digo a Manué: “vamos muy rápido, va a tener que pegar un buen frenazo”…pero no.

El graciosillo quería asustarnos a nosotros y a la gente que esperaba en las otras lanchas y justo antes de chocar se tomó la molestias de hacer un giro inesperado y esquivarlas.

¡Será mamón!

Así se pasó todo el camino: esquivando barcos y haciendo trompos con la lancha. La verdad que fue divertido.

Igual de divertido que cuando recogimos a un papá con sus niñas ya grandecitas y una de ella se volvió a colar en el mismo hueco que se había colado la italiana. ¿Será una trampa para turistas?

Con el viaje en lancha pudimos disfrutar de paisajes que no habríamos podido ver de otra manera. La isla de al lado de la nuestra parecía bastante más bonita y tranquila. Habrá que volver a descubrirla…

Al llegar al puerto, nos acosan los taxistas. Es la 1 del medio día y no tenemos el bus hasta las 9 de la noche, así que tenemos tiempo de llegar andando a donde queramos.

Nos sentamos a hacer tiempo en unos bancos del mismo puerto, a observar a la gente pasar. Eso siempre es divertido.

Tremendamente divertido observar que, mientras tú vas en tirantes y te sudan hasta los pelillos de la nariz, hay gente que lleva gorro de lana y pantalones de pana.

Me da unas ganas terribles de preguntarles el porqué, porque por frio no puede ser, es imposible, y algún sentido tiene que tener.

Si habéis visto el monólogo de la pana de Dani Rovira, quizá podamos explicarlo de esa manera. A lo mejor son superhéroes disfrazados de malayos.

Kuala Besut es un pueblo feo, donde están los taxistas más pesados de todo Malaysia y donde las cabras campan a sus anchas por las calles.

Eso sí, no vas a ver ni un perro, pero cabras las que quieras.

Como nos queda mucho día, decidimos acercarnos al mar a que nos bañe su brisa y nos refresque un poco. Justo al lado del banco que utilizamos para apoyar nuestros culetes, un parque infantil con columpios. ¡Allá que voy!

Manu se queda cerca, vigilando, por si me secuestran.

Me relajo tanto con el movimiento del columpio que no me doy cuenta de que me estoy pasando de impulso. No di la vuelta completa de puro milagro. Del susto se me salieron hasta las chanclas.

Dejé de impulsarme y fui frenando poco a poco. Manu “el vigilante” no se pispó de nada. Vamos que si me secuestran también le hubiese pillado por sorpresa.

Buscamos un sitio para comer coco fresco, donde se confunden y nos ponen batido de coco. Nos bebemos el batido de coco y nos vamos a buscar otro sitio donde tengan coco natural.

El tiempo estimado en comerte un coco de estos puede rondar entre los 30 y los 45 minutos, dos personas. Si el coco es sólo para ti, se te va a juntar con la siguiente comida.

Primero te bebes el líquido, que en el peor de los casos será más de un litro. Luego, con una cuchara, despegas la carne de coco de la piel. Cuando ya lo has conseguido, te la comes. Y ahora, si te cabe, te pides otra cosa…¡Imposible!

Pero Manu tiene hambre a la media hora y se mete un plato de noodles y una sopa de noodles para completar.

Es muy gracioso porque se pasa todo el día en el baño, la comida que le entra, le sale rápidamente, con lo que es dinero desperdiciado.

Verás cuando me veas como yo no lo he desperdiciado. He ido guardando todo lo que he comido por si hubiese un holocausto nuclear y mi cuerpo tuviese que tirar de las reservas.

Después del coco, la micción se dispara. Quiero decir, si bebiste un litro de coco vas a mear 5.

Y aquí me surge el tema de pagar en los baños públicos malayos. ¡Cómo me jode pagar para entrar a un baño que está asqueroso! Entiendo que haya que pagar para entrar a los baños limpios…pero a los sucios, ¿por qué?

A lasa 20:30 ya estamos en el bus. Hace tantísimo frío dentro que Manu le pide al conductor si por favor puede subir la temperatura y…¡ahora lo entendemos todo!

El señor conductor nos dice que no puede, que para eso tendría que nevar, ¡que la temperatura es automática y está a 18 grados!

¿Automática? Pero ¿a quién se le ha ocurrido esta fabulosa idea?

Llegamos a Kuala Lumpur dando palmas con las orejas, y ni se nos ocurre quitarnos la sudadera porque sabemos que en el metro nos espera más de lo mismo.

Hemos reservado un hotel que apunta maneras para estos últimos días en Malaysia…Te cuento muy pronto.

De momento, llegamos a las 7, son las 13:42 y aún estamos esperando la habitación…Hoy la vamos a coger con ganas después de no haber dormido en el bus-congelador…

BESOS, ABRAZOS Y NOODLES POR TODOS LADOS

 

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: Butterfly chalet, Islas Perhentian, la mochila de tania, malaysia, Perhentian Kecil

  • Ir a la página 1
  • Ir a la página 2
  • Ir a la página 3
  • Ir a la página 4
  • Ir a la página siguiente »

Barra lateral principal

Copyright © 2023 · Genesis Sample en Genesis Framework · WordPress · Acceder

Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros para recopilar información estadística sobre su navegación y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias, generada a partir de sus pautas de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Acepto Leer Más
Política de cookies

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR