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EL FIN DE NUESTRA GRAN AVENTURA DE 7 MESES RECORRIENDO ASIA

29 mayo, 2017 por taniacarrasco 10 comentarios

Y ahora sí que sí…¡SE ACABÓ ESTA GRAN AVENTURA! Aunque me quedan muchas reflexiones por hacer y muchos artículos sobre el viaje que ya tienen forma en mi mente, la aventura en sí, ha llegado a su fin y quiero contarte las historias de estos últimos y emocionantes días.

Mientras escribo esto no sé si reír o llorar…pero como aún no te he contado cómo han sido los últimos días antes de volver para España, me voy a guardar la emoción y a hacer memoria, porque de esto ya hace días…

Después del reencuentro con Silvia e Isaac, volvieron a marcharse a bucear a Lembongan, mientras nosotros le esperábamos en Bali.

¡Qué a gusto estamos aquí!

Como te decía en el post anterior, estos días hemos acudido bastante al restaurante de David, el Jiwa Juice. Si pasas por Bali tienes que ir a comerte una hamburguesa, un gazpacho…¡lo que sea! Todo lo que probamos estaba riquísimo.

 

Estos últimos días quería habérmelos tomado más como unas vacaciones: levantarte cuando quieras, desayunar tranquilamente, playa, piscina, alguna cervecita y a la cama prontito para descansar. Lo malo es que me gusta mucho escribirte y no he podido estar sin hacerlo ?

Sin embargo, hemos ido a nuestra querida Karma Beach casi todos los días, hemos comido muy bien y hemos tenido el placer de compartirlo todo con buenos amigos.

Silvia e Isaac nos comunican que Barbara y Lucas (la otra parejita con la que estuvimos en Malaysia) también vienen para Bali.

¡Volveremos a estar los 6 juntos por última vez en este viaje!

 

Por supuesto, echando mucho de menos a Tim, que deja un hueco muy feo en la foto ?

Al día siguiente de estar todos juntos, Barbara y Lucas cambian de ciudad y Silvia e Isaac cambian de país. De los primeros nos despedimos anoche pero con Silvia e Isaac vamos a poder disfrutar todo el día. 

Al cuarteto, se ha unido recientemente Sabine, una alemana afincada en Barcelona que se trajo Silvia de Lembongan y que le pasa lo que a ella: habla con las piedras ?

Nunca había conocido a una alemana tan simpática y dicharachera, un encanto de niña la verdad.

El último día de «Sil-Sac» (Silvia e Isaac ya se hace largo) es nuestro penúltimo día y el cumple de la niña de Herman. Así que dejamos el estupendo alojamiento con piscina que teníamos para volver con el tito Herman que tan bien nos cuida.

Aunque en casa de Herman estamos fenomenal, nos costó un poco despedirnos de esta gente y este sitio, donde cada mañana las libélulas venían a hacernos compañía en la piscina, donde lo últimos que veíamos antes de dormir eran las estrellas…

 

Donde por la mañana te encontrabas ranitas en el cuarto de baño, como nos pasaba los días que estuvimos en la villa con María Luisa e Iván, donde con el desayuno tenías para todo el día, donde sólo el olor de las toallas ya te daba ganas de comprar ese lugar…

 

Pero queríamos pasar las dos últimas noches del viaje en el «20 Four 7» por el cumple de Joy, por estar con nuestros amigos Sil-Sac hasta el último momento y por estar en un lugar tranquilo para poner en orden nuestras emociones, antes del retorno.

Pasamos la mañana en la playa. Hemos descubierto que si vas a las 10:30/11 de la mañana, justo cuando la marea empieza a bajar, la playa se convierte en una piscina de agua cristalina y calmada. ¡Muy pocas veces hemos encontrado la playa así!

Pero sin duda, lo más importante del día es el cumple de la hijita de Herman y que esta vez nos despedimos de Sil-Sac sin saber cuándo nos volveremos a ver…

Estos días estoy como una moto. Tan pronto me pongo histérica como me da por reír, como por emocionarme o como por querer marcharme corriendo a España…

Después de la playa, de la comida y de la correspondiente ducha, nos vamos para casa de Herman. Hoy y mañana, antes de la vuelta, dormirmos allí, y además hoy hay barbacoa por el cumpleaños de Joy. 

Herman ha invitado a toda la familia, amigos, personal del hostel y a todos los huéspedes. ¡Qué mejor manera de despedirse de Bali!

El patio empieza a llenarse de gente, las mesas empiezan a llenarse de comida y los globos y las pancartas con la foto de Joy decoran toda la casa.

 

Han cocinado arroz, pescado y carne de varios tipos, salsas dulces, salsas saladas, verdura…Allí hay comida para 2 meses.

Lo mejor de todo fue el «pez gato», jamás lo había probado y me pareció exquisito. El sambal casero (salsa de tomate picante) también me chifla, pero el arroz no lo tocamos ninguno de los extranjeros que estábamos allí.

¡Estamos de arroz hasta…!

Justo cuando sacan la tarta y empiezan a cantar el cumpleaños feliz en varios idiomas, llega el taxi de Silvia e Isaac…Abrazos emocionantes y varios: «nos vemos en Málaga»…así que tendrá que cumplirse el deseo para que podamos recordarlo todo juntos, pero esta vez comiendo y bebiendo en condiciones.

Ya empezaba a resultar aburrido comer los 3 mientras Isaac sigue intentando alimentarse de aire. Espero que te guste el Kotu…?

Tras la despedida, nos quedamos un ratito más en la fiesta. Marco, el señor que cuida el hostal por las noches, sabe tocar la guitarra y se empeña en cantar el «bésame, bésame mucho…», luego lo intenta con el «bamboleo» del que sólo conoce una frase y al final terminamos mirando la letra de las canciones en internet para poder cantar algo decente.

fiesta de Joy- gran aventura

La fiesta estuvo divertida y la comida muy rica. La pobre Joy no estaba muy convencida de lo que era aquello pero ser portó fenomenal y la llenaron de regalos.

Nosotros le trajimos un peluchito con el alfabeto bordado, al que le hizo algo de caso al principio…Luego, vuelta a mirar la tablet que es mucho más divertida, claro.

Nos metemos en la cama cuando aún la fiesta no ha terminado. Hay mucho jaleo en el patio pero lo tomamos con paciencia y acabamos durmiéndonos.

¡Mañana es el último día de esta gran aventura!

¡No nos lo podemos creer!

 

«SÉ FINÍ…»: EL ÚLTIMO DÍA DE NUESTRA GRAN AVENTURA

Nos despertamos temprano, como siempre. Como el desayuno no me entra de lo nerviosa que estoy, ya se encarga Manu de comerse los dos platos de noodles con huevo que nos han puesto para empezar el día con energía.

Intento dedicarle unas horitas al blog antes de ir a despedirnos de la playa.

Aunque el día está cargado de melancolía, en la playa nos reímos bastante. Estábamos sentados en la arena tomando el sol cuando se me ocurre el «juego de la exfoliación».

Empiezo a restregarme la arena por todo el cuerpo, al mismo tiempo que invito a Manu a probarlo también. Nos frotamos los pies, las piernas, los brazos, pecho, espalda ¡y hasta la cara!

Cuando ya no quedaban zonas de nuestro cuerpo por donde frotarnos la arena, no nos quedó más remedio que meternos en el agua a limpiar aquello.

¿¡Tú sabes qué piel más suave se nos quedó!? ¿Cómo no se me habrá ocurrido antes?

7 meses sin usar una esponja para ducharme ¡y se me ocurre ahora este juego! Anda que yo también…

Menos mal que el último día tuve este momento de lucidez y nos quitamos todas las pieles muertas (por no decir roña) acumuladas durante estos 7 meses.

Que no es que nos hayamos puesto muy morenos, es que hemos acumulado muchas «pieles muertas»…

Nos despedimos de nuestra playa favorita, subimos las más de 300 escaleras y vamos a darnos un último homenaje al Jiwa Juice.

adiós karma beach- gran aventura

Por la tarde, la mayor parte del tiempo lo pasamos buscando algún sitio donde poder comprar tampones. ¡Qué difícil esto oye!

Sólo encontramos tampones en un súper bastante caro, a precio europeo y de una sola marca, nada de varias opciones para elegir…Aunque uso la copa menstrual, cuya utilización os recomiendo a todas, me siento más segura llevando tampones en el bolso, por lo que pueda pasar…

Por la carretera que separa la playa de la casa de Herman, pasamos por varios prados donde pastan las vacas, mientras los niños se reúnen allí mismo para jugar a volar sus cometas.

A cualquier hora que mires el cielo de Bali podrás observar montones de cometas que lo llenan de color y bailes majestuosos.

¡Voy a echar mucho de menos estas cometas!

Me resulta imposible no recordar un libro de Raimon Samsó que leí ya hace bastantes años: «El maestro de las cometas», y que seguro que te encantaría.

Volvemos al hostel y Herman se empeña en que cojamos su moto para dar una vuelta. Su moto no es una scooter cualquiera claro. Me tenías que haber visto de paquete, a 100km/hora con un pantalón muy corto de tela que a esa velocidad parecía más un paracaídas, y sin nada debajo.

A eso le añadimos que el seguro médico nos cumplió ayer y lo que menos me preocupa de ir a esa velocidad es que se me acabe viendo el culo vaya. Estaría gracioso tener algún percance el último día y estando ya sin seguro.

¡Manué tira pa casa!

Nos duchamos, preparamos el equipaje y nos bajamos a charlar con Heman. ¡Es más majo que las pesetas! Nos ha regalado una bolsa enorme llena de café de ese tan rico que nos hacen para desayunar y que a mi me gusta tanto. Si es que le tenemos que querer…

Mientras yo escribo un poquito Manu se pone a jugar a las damas con Herman. La segunda vez que gana Herman decidimos irnos a cenar: sopa de noodles para mi y arroz con cosas para Manu, que aún no ha escarmentado.

Es una noche rara…no hablamos mucho. Estamos pensativos, a veces tranquilos, a veces nerviosos…Creo que esta noche toca no dormir.

Nos metemos en la cama después de despedirnos de Herman y de que Manu jugase un rato al ajedrez con Marco. Contra todo pronóstico, aunque nos cuesta un poco, nos acabamos durmiendo.

A las 3:30 de la mañana suena el despetador…¡Empieza la vuelta a casa! 4 vuelos diferentes y 36 horas de aeropuertos nos separan de mi querido Madrid. Una de las escalas es en Teherán (Irán), donde me tengo que bajar del avión con el velo puesto. ¡Muy divertido todo!

Este viaje de vuelta puede ser muy interesante así que mantente a la espera que pienso contártelo con pelos y señales.

ABRAZOS MOCHITER@S, REVOLUCIONARI@S Y LLENOS DE EMOCIÓN

Me vienen muy bien tus comentarios en estos días con la sensibilidad a flor de piel.

¡Te espero abajo!???

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: Bali, con amigos, el viaje de mi vida, Indonesia, jimbaran, Jiwa Juice, karma beach, Pecatu, Twenty4seven Bed and Breakfast

CUANTO MÁS NOS GUSTA BALI MÁS CERCA ESTÁ LA VUELTA…

25 mayo, 2017 por taniacarrasco 6 comentarios

A ver quién nos arranca de Bali ahora…Me va a costar la vida dejar este lugar y regresar a España, a una vida de incertidumbre y gente que viste «normal»…

Si no fuese por las ganas que tenemos de ver a la familia y a los amigos, no nos sacaban de aquí ni a golpes.

¡Necesito ver a mi bebé ya!

Dejamos el hostal de Ubud para volver a Jimbaran (Bukit), donde estuvimos ya varias veces en el hostal de Herman, donde conocimos las mejores playas de Bali y donde tuvimos la suerte de encontrarnos con grandes personas como Judith, Nacho, Johana y la familia de Herman.

Lo que no sabíamos es si volveríamos a ver a Silvia e Isaak…Estaban en la isla de Flores y nos habían comentado que a lo mejor adelantaban su vuelo para volver a Bali antes de lo previsto. En ese caso volveríamos a verles…

Nos dan una alegría cuando, un día antes de dejar Ubud, nos dicen que ya han cambiado el vuelo y reservado habitación en el hostal de Herman así que ¡nos volveremos a ver muy pronto!

Menos mal…estaba temiendo por la salud emocional de Isaac y Manué. No tenía claro si podrían soportar mucho más tiempo sin verse…

Aunque coincidiremos en Jimbaran varios días, nosotros esta vez no nos alojaremos en el hostal de Herman hasta los últimos días de nuestro viaje. Como ya no nos queda nada para volver a España queríamos un sitio más tranquilo, con piscina y más cerca de Karma Beach, nuestra playa favorita de Bali.

Manué ha reservado algo por internet, pero yo ni siquiera he visto fotos del sitio…Espero que sea lo que buscamos.

Nos despedimos del personal de Kudesa Homestay, con los que en los 10 días que habíamos estado tampoco habíamos tenido mucho trato, y cuál es nuestra sorpresa cuando nos dan una despedida totalmente inesperada.

Salió toda la familia a abrazarnos, a desearnos suerte, a darnos las gracias y a pedirnos que volvíesemos otra vez ¡con nuestros hijos!

No sé si es porque me ven mayor y me insinúan que a qué estoy esperando, si es porque quieren ver qué personitas salen de nuestra mezcla peculiar o si es para dar por saco.

Pero nunca se sabe oye…lo mismo algún día me compro el reloj biológico, ya que no lo traigo de serie, y nos ponemos a ello.

¿Podré comprar ese tipo de relojes en algún sitio?

Lo malo de todo esto es que he perdido la vena consumista y ya no me apetece hacer compras innecesarias. Lo he descubierto cuando he querido ir de compras para buscar indumentaria para la boda de mi queridísima Araceli.

Ojo tener que comprarme un vestido nuevo cuando tengo mil en casa…Pero claro, esos vestidos igual ya no me entran…?

Y es que tampoco me apetece vestirme de tarta de cumpleaños…Todos los vestidos que tengo son demasiado de boda…¡qué pereza!

Seguro que a Araceli no le importa que vaya con mis pantalones de elefante…Manu quiere ir con falda y descalzo, así que nadie se fijaría en mi.

Tengo que meditar todo esto…

Como no me apetece comprar y tengo muchas ganas de llegar a Jimbaran para ver nuestro nuevo alojamiento, llegamos antes de lo previsto. La primera sensación no es muy buena, no sé porqué…

Como el muchacho que lleva el hostal estaba limpiando lo tenía todo manga por hombro.

Allí sentados en la recepción había una parejita de alemanes que se marchaban a otro lugar. Mientras esperamos a que nos atiendan, el chico alemán nos cuenta lo a gusto que han estado en este hostal. Se querían quedar una noche más pero cuando han ido a reservarla estaba todo ocupado para hoy.

¡Vaya! ¡Parecían majos! Hubiésemos hecho buenas migas y Manu había estado todo el día practicando su alemán, mientras yo miro y sonrío, como si estuvise enterándome de algo.

Cuando por fin nos atienden, nos dice el chico de la recepción que si hemos venido solos…»Ehhhh, sí, ¿por?»…

«No, por nada, como habéis reservado dos habitaciones para hoy», nos dice el chaval.

¡Manuelada al canto!

El chico alemán sonríe…no se han podido quedar una noche más porque Manu ha reservado dos habitaciones por equivocación…Yo no hubiese sonreído tanto.

«Será el destino», dice el alemán.

¡Ves qué majo!, ya sabía yo que me iba a gustar esta gente…

Menos mal que como vamos a quedarnos 10 días aquí, no nos van a cobrar las dos habitaciones para esta noche.

Una vez que nos centramos un poco, que vemos la piscina, las vistas desde la recepción y la magnífica habitación que tenemos, la primera impresión pasa de ser regulera a ser maravillosa.

nuevo hostel en Bali

Es por esto que no hay que juzgar nada por la primera impresión, por mucha intuición que tengas siempre te puedes equivocar.

Dejamos las cosas y vamos al hostal de Herman en busca de nuestros amigos. La verdad es que también teníamos ganas de ver a Herman y a su mujer.

Cuando llegamos, Herman y Wiji están en el patio y se levantan muy contentos a darnos la bienvenida. Nos abrazamos, nos hacemos las preguntas de rigor y lo primero que hace Herman es ofrecernos un café de esos exquisitos que preparan allí.

¡Home, sweet home!

Llegar al hostel de Herman es sentirte como en casa.

Después de un rato de charleta, subo a la habitación a despertar a Silvia e Isaac, que supuestamente estaban durmiendo. Otros cuantos abrazos, otras cuantas preguntas de rigor y nos reunimos todos en el patio para ponernos al día.

Isaac y Manu, emocionados, se abrazan y se sientan juntos para contarse lo mucho que se han echado de menos y lo difícil que se les hace vivir el uno sin el otro.

Menos mal que Silvia y yo también nos queremos y podemos estar hablando horas sin parar, que sino sería una situación un tanto extraña.

Empieza a anochecer y nos vamos a «cenar». Le pongo comillas al término porque esto que llamamos «cenar» suele suceder alrededor de las 5 de la tarde. No sé yo hasta qué punto será viable mantener estas estupendas rutinas cuando volvamos al mundo occidental.

Hemos comprobado que levantarnos a las 5 de la mañana, acostarnos a las 9 de la noche y cenar antes de que se ponga el sol, nos sienta tan bien que nos gustaría continuar viviendo de esta manera.

Mami, suegri, tomad nota: a partir de ahora se cena a las 5 de la tarde.

Cenamos y hablamos todo el tiempo que nos permiten Isaac y su culillo inquieto. Tiene suerte de que le comprenda, como si fuésemos del mismo signo del zodíaco, y entienda sus rarezas.

Estos días son de playa, piscina, reláx e ir preparándose mentalmente para la vuelta a casa.

 

Esto de acabar el día tumbada en una hamaca, viendo las estrellas, me va a costar dejarlo atrás. Levantarme con el ruido de los pájaros, hacer Chikung en el jardín y sentarme a que me sirvan el desayuno mientras te escribo, también son costumbres que voy a echar de menos…

Ya tenemos el pie más dentro que fuera y muchos de nuestros comportamientos nos recuerdan continuamente que el momento de regresar está muy cerca.

Por ejemplo, cuando entramos en las tiendas de souvenirs en busca de regalitos para la familia, una bofetada de realidad nos recuerda que la vuelta es inminente.

Hoy, comprando en un supermercado, un chico se ha puesto a nuestro lado y nos ha reconocido como españoles. Nos hemos pasado hablando un buen rato de todo y de nada.

David, malagueño de nacimiento, lleva 12 años viviendo en Bali y está casado con una balinesa que ya espera su primer hijo. Juntos, tienen un restaurante de comida española por el que hemos pasado con la moto en varias ocasiones.

Nos acordamos de este restaurante porque un cartel en la puerta anuncia la existencia de paella. Siempre que pasamos por allí pensamos con ironía: «me gustaría ver la paella que hacen aquí».

En ningún momento se nos pasó por la cabeza que el dueño fuese español.

Por supuesto, nos invita a pasarnos por allí a degustar su pan tumaca, su aceite de oliva, su gazpacho…¡Gazpacho! ¡Que le den a la paella que está llena de arroz, a mi me pones gazpacho!

Al día siguiente, a la hora de «meriencenar», que es como hemos llamado a los que hacemos a las 5 de la tarde todos los días, nos presentamos en el restaurante de David.

Nos atiende con la simpatía que le caracteriza y con pintas de albañil en plena faena. Está haciendo un horno de leña con sus propias manos y se pasa el día intercalando las chapuzas con las paellas.

Pedimos el zumo de la casa, un gazpacho por supuesto, un bocata que él mismo nos recomienda y unas gambas al pil pil. Era una propuesta arriesgada porque soy una apasionada del gazpacho y porque cualquier bocata con el pan de aquí es toda una aventura.

Primero llega el zumo de Manué, acompañado de una cerveza para mi, aunque siempre que pedimos un zumo y una cerveza la cerveza se la ponen a él…¿Qué trabajo les costará preguntar en lugar de hacer suposiciones absurdas?

La cerveza sabía a cerveza efectivamente, es un tema con el que no soy muy crítica, y el zumo estaba riquísimo. Cuando llega el gazpacho tenemos un poco más de miedo pero…cuál es nuestra sorpresa cuando lo probamos y está exquisito.

 

El bocata, en pan de chapata, delicioso y las gambas al pil pil, aunque pocas, muy ricas también. ¡Hemos triunfado!

 

Sin duda el Jiwa Juice será uno de los sitios que más pisaremos en lo que nos queda de viaje.

 

Cuando estábamos terminando de comer, mientras charlábamos con David, llega Luis, un madrileño muy simpático con un blog muy chulo que hace que me muera de envidia.

Luis se dedica a viajar por el mundo para contar las diferentes situaciones en las que se encuentra la mujer a lo largo del globo terráqueo. Trata temas de violencia de género, igualdad, sociología, desde un prisma humano y sumergiéndose de lleno en la cultura de la que habla.

Su blog, generoporelmundo.com te puede enseñar muchas cosas a cerca de todo el camino que aún nos queda por recorrer en favor de la igualdad de género, y ya sabes que este tema me toca mucho. Te dejo aquí un post mío relacionado, por si aún no lo habías leído.

¡Uy! ¡Casi se me olvida contarte la «manuelada» de hoy!

Nos disponemos a visitar una playa que aún no concíamos y que, por cierto, no hace falta visitar: Green Bowl. Aparcamos la moto y decidimos dejar la mochila dentro de la moto para no tener que estar bañándonos al mismo tiempo que vigilamos nuestras pertenencias.

Justo antes de empezar a bajar los más de 300 escalones hiper empinados que te llevan a la playa, Manu me dice:

«Cariño, voy a volver a por las cosas a la moto porque seguro que cuando bajemos te va a apetecer hacer alguna foto y no llevamos el móvil».

«Ah pues sí cariño, muy buena idea», le digo yo.

Se acerca a la moto, coge la mochila y empezamos a bajar.

Cuando llegamos abajo, tal y como Manu preveía, quiero sacar el móvil para hacer fotos desde las escaleras. Como el que llevaba la mochila era él, le digo:

«Cariño dame el móvil que te voy a hacer uns fotillos a ti».

¡Los ojos como platos! De un salto, se da la vuelta y empieza a subir las escaleras corriendo, de dos en dos, como alma que lleva el diablo. 

Había venido siguiendo las indicaciones del google maps hasta la playa y se había dejado el móvil en la moto, por fuera, a la vista de personas, monos y demás seres vivientes.

Me quedo abajo y espero…espero…espero…Tarda tanto que mi cabeza empieza a dar vueltas:

«Ya está, ha llegado arriba, no estaba el móvil y se ha puesto a dar gritos y a pegar patadas para que quien lo haya cogido se lo devuelva. Alguien le habrá tenido que sujetar, le habrá dado un jamacuco y yo aquí viendo el mar…¿Y ahora? Pues nada, él no tiene móvil, yo tampoco, escribiré a mi hermana por facebook y así nos apañaremos hasta la vuelta. Y este niño que no baja…Tranquila que seguro que no ha pasado nada. ¿Subo o espero un poco más? ¡Mierda de playa! Si es que teníamos que haber ido a la Karma Beach como siempre…Bueno pues si alguien se ha llevado el móvil, no pasa nada, esto no nos va a arruinar los últimos días de viaje. Al menos a mi, a él a lo mejor si que se le arruinan cuando lo pille…»

Y en esas estaba yo cuando veo una sombra que aparece detrás de un arbusto, desde lo alto de la escalera. Manu bajaba despacio, como cojeando, respirando alterado y empapado en sudor. En las manos sólo traía la botella del agua.

«¡Más le vale a este haberse roto algo por las escaleras para que le compadezca, porque como nos hayan robado el móvil no respondo!», decía mi cabeza, que nada tiene que ver conmigo?

Y efectivamente, saca mi móvil de su riñonera y entonces sonrío, subo en su busca pensando que le había pasado algo en la pierna y compruebo tranquila que es simple cansancio de la paliza de escaleras que se acaba de pegar.

¡Ay mi cari…! (mi móvil digo)?

No nos falta diversión, como puedes comprobar.

Te sigo contando pronto y espero que tú también me cuentes cosas en los comentarios.

UN ABRAZO FUERTE

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: Bali, Bandung, Indonesia, jimbaran, Jiwa Juice, Villa Thierry

EL ÚLTIMO DÍA DE LA GRAN VISITA. BALI 2017

11 mayo, 2017 por taniacarrasco 2 comentarios

Me despierto en la villa y recuerdo que es el último día de la gran visita. ¡Mierda! Hay que despedirse de la villa…

De María Luisa e Iván aún podemos disfrutar durante todo el día pero la villa ya ni olerla.

El equipaje está recogido desde anoche. Hemos tenido la suerte de que nuestros amigos trajeron mucho espacio en sus mochilas para poder llevarse cosas nuestras, así que nos han quitado bastante peso para que podamos hacer la vuelta sin facturar.

El último desayuno con libélulas, en medio del arrozal, con buffet libre…?

una gran visita en Bali

Nos despedimos de la villa, con una mezcla de pena y agradecimiento, y nos montamos en el taxi. Los chicos van delante para dejar las motos y pagarlas.

Me bajo con Manu a despedirme de Jomán (o como se llame) que es el chico del hostal donde hemos estado siempre en Ubud y el mismo que nos había alquilado las motos.

El muchacho saca la calculadora para hacer las cuentas de los que le debemos y Manu, que ya las traía hechas, jura y perjura que eso es lo que le debemos.

Jomán no se queda muy convencido pero se fía de nosotros.

Ale, ya vamos los 4 en el taxi camino de Jimbaran, al hostal de Herman y a pasar el día en la playa.

Por el camino, María Luisa no decía ni una palabra. Yo pensaba que estaba durmiendo porque ni siquiera se movía. Suele marearse en los viajes y había olvidado tomarse la biodramina antes de montarse en el coche.

Nosotros tres íbamos charlando animadamente cuando suena el teléfono del conductor. Alguien le pregunta por Isabel, pero en el coche no llevamos a ninguna Isabel. Después preguntan por Manu y por mi y ya me hago una idea de lo que pasa.

¡Nos habíamos equivocado en las cuentas y Jomán nos llamaba para que le pagásemos lo que le habíamos dejado a deber!

¡Ay la leche!

Si es que somos de letras…¡los dos!

Por suerte, Jomán y el conductor se conocían y simplemente tuvimos que darle el dinero a él para que se lo diese a Jomán a la vuelta.

¡Qué vergüenza!?

Llegamos al hostal de Herman sobre las 11 de la mañana, la hora perfecta para coger las motos y aprovechar el día. Pero cuando abrimos la puerta para que baje María Luisa, prácticamente se desploma. 

Iba tan mareada que no podía ni andar…le costó un buen rato recuperarse. Entre Iván y yo la metimos en el hostal y la sentamos, le dimos agua y un poquito de azúcar, y poco a poco fue recuperándose.

Con el reiki que le hizo Manu y unas patatas fritas que le pidió Iván, empezó a ponerse mucho mejor todavía. Así que sobre las 12 ya estábamos camino de la playa.

Las motos que nos alquiló Herman dejaban mucho que desear…no le quedaban motos de las suyas y tuvo que pedirlas en otro sitio. En lugar de motos le trajeron dos cascajos, con lo que nos dijo que no nos preocupásemos si le pasaba algo a las motos, que estaban tan destrozadas que podíamos hacer con ellas lo que quisieramos.

No me preocupa que le pase algo a la moto, en todo caso que nos pase algo a nosotros o que a la poli le de por multarnos puesto que ni siquiera llevamos bien el faro delantero…En fin…

Llegamos a la playa, nos disponemos a bajar los 350 escalones y cuando vamos por el escalón 127, Iván se para en seco y pone cara de preocupación.

Cuando Manu pone esa cara el asunto suele ser grave…Veámos en qué acaba todo esto…

La cara de Iván se debe a que le viene a la cabeza, como un flash, la tarjeta de embarque, donde pone que se marchan el viernes y ¡van a coger el avión en sábado!

Yo me pongo tan contenta, con suerte su vuelo salió ayer y se tienen que esperar aquí unos días más hasta que salga un vuelo barato. Aunque creo que no tendremos tanta suerte…

Después de bajar los escalones que nos quedan y llegar a la playa, comprobamos que la marea está perfecta para darse un baño tranquilo.

Tranquilo, sin tener en cuenta que estoy en mis «días femeninos» y no se me ha ocurrido nada mejor que ponerme el bikini amarillo. Resultado: al cabo de un rato mi culo parece la bandera de España.

Fue muy gracioso, y muy higiénico, tener que cambiarme mis cositas en la arena, mientras Manu me rodeaba con la toalla, detrás de una piedra para que la gente del resort no se diese cuenta del espectáculo.

Sí, podía haber intentado bucar un baño, pero eso no habría sido tan divertido ?

Después de unas cuantas horas de playa, nos marchamos al mercado de pescado a darnos un merecido homenaje. Incluso nos permitimos el lujo de comprarnos una gambas para el aperitivo.

Estamos los 4 un poco apagadillos. Ellos porque se tienen que marchar y nosotros porque ellos se tienen que marchar.

Volvemos al hostal, nos duchamos, salimos a cenar, y cuando nos queremos dar cuenta ya estamos diciéndonos adiós con la mano, mientras el taxi se aleja.

Falsa alarma, el vuelo salía según lo previsto y todo quedó en un pequeño y bonito susto.

¡Qué bien lo hemos pasado estos días y cómo nos ha cundido!

Muchísimas gracias amigos por tomaos la molestia de gastar días de vacaciones para venir a visitarnos. ¡Ha sido un viaje inolvidable! Ya podemos ir buscando los billetes para el próximo destino ?

 

Nada más despedirnos, nos metemos en la cama porque estamos agotados. Hemos aprovechado los días tan bien que ahora nos van a hacer falta otro par de días para recuperarnos.

Es por ello que nos quedaremos en el hostal de Herman un par de días más, hasta que estemos preparados para subir al norte a bucear. Los precios de las inmersiones allí son muy baratos y no queremos irnos sin haber buceado durante nuestra aventura.

Bucear en sí, siempre es una aventura para mí, no he tenido ni una sólo inmesión donde no me haya ocurrido algo, pero me sigo empeñando en probar, una y otra vez. 

Tengo la cabeza como una piedra…

Herman no está muy contento con sus huéspedes esta vez. Nos cuenta que han venido dos españolas muy macarras con las que no consigue entenderse.

Al día siguiente, después de un sueño reparador, salgo al patio a escribir un rato antes de desayunar, cuando sale una chica rubia, totalmente despeinada y chapurreando en un inglés ininteligible.

¡Esta es una de las españolas seguro!

Le doy los buenos días en castellano y me saluda sorprendida. Estaba intentanto decirle a Herman que a qué hora era el desayuno. Eran las 9:55 y el desayuno acaba a las 10, así que a los 3 minutos las tenías a las dos sentadas en la mesa esperando su comida.

Por lo visto, ayer tuvieron un pequeño percance con la moto y tenían que pagar los desperfectos. Pero Herman, que es más majo que las pesetas, comprobó que el desperfecto de la moto era anterior y no les hizo pagar nada.

Se pusieron tan contentas. Era su primer día en Bali y no estaban empezando con muy buen pie.

Cuando se vayan las españolas, nos vamos a cambiar a su habitación, no sé por qué. Según Herman, la habitación que tenemos estaba reservada y tiene que cambiarnos a la de las chicas.

No nos importa porque el cambio es para mejor…o eso creíamos.

Estábamos desayunando los dos cuando sale otra chiquita que no habíamos visto ayer. Johana es una francesita rubia de ojos muy claros, que nada más verla te da buen rollo.

Habla con Herman a cerca del miedo que le da coger la moto a ella sola y Herman se ofrece a darle clases. Como Manu no tiene mucho que hacer hoy, a parte de verme trabajar, le propongo que le de las clases él mismo.

A Herman le parece bien, a Manu le parece bien y a la muchacha también, así que todos contentos.

Y esto es lo más interesante que hacemos hoy durante todo el día.

Bueno, no, se me olvidaba algo:

Al medio día, buscamos un sitio nuevo para comer y entramos a un restaurante muy pintoresco. Se me había olvidado llevarme la cajita donde meto el aparato de los dientes mientas como, y lo envolví en una servilleta que Manu se guardó en su riñonera.

 

Como después de comer íbamos en busca de un helado para dar el colofón final, pensé que ya me pondría el aparato después, pero a medio camino cambio de idea.

«Manu, ¿me das el aparato que me lo pongo?»…

«¡Pero cariño, si te lo he dado en el restaurante antes de salir!», me dice con los ojos como platos.

Imagínate dónde estará mi aparato, que se ha quedado envuelto en servilletas encima de la mesa de un restaurante.

Vamos a buscarlo pero ya no se puede hacer nada, ha pasado a mejor vida…

Lejos de lo que estarás pensando, ni me alteré, ni maté a Manu, ni maldije en ningún idioma, sólo me quedaban un par de días para cambiarlo por el aparato del mes siguiente y no era una gran pérdida.

Así que la vida siguió con «normalidad».

Pero te aseguro, que los próximos días van a ser movidos…¡no te los pierdas!

UN ABRAZO ENORME, SOBRE TODO PARA MALU E IVÁN, que han sido los protagonistas absolutos de estos días en el paraíso.

 

¡OS QUEREMOS! 

 

 

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: alquilar motos en Bali, Bali, disfrutar con amigos, el viaje de mi vida, Indonesia, jimbaran, karma beach, mercado de pescado, una visita inolvidable

KARMA BEACH, FISH MARKET Y REFLEXIONES PROFUNDAS

29 abril, 2017 por taniacarrasco Deja un comentario

El día de hoy ha sido intenso. Hemos establecido la Karma Beach como nuestra nueva playa favorita y hemos comprobado que a la que te descuidas, te sacan los billetes sin que a penas te des cuenta.

Nos hemos tenido que despedir de Judith y Nacho antes de lo que nos hubiese gustado. Ellos sólo tienen 8 días para conocer Bali y seguían su ruta por otro sitio.

¡Nos vemos en Caños de Meca chicos!?

Nosotros teníamos pendiente visitar otro par de playas y el mercado de pescado.

La playa de hoy ha sido una gozada. Una vez que has bajado los cientos de escalones (más escalones que ninguna de las playas en las que hemos estado), aparece ante ti una maravillosa playa con dos resorts de lujo.

 

Esta playa, Karma Beach, no es de las más conocidas de la península de Bukit. ¿Por qué?

Los resorts de lujo que disfrutan de esa playa son de gente muy adinerada. Creemos que es un lugar de famosos, algo apartado, poco publicitado, donde esta «pobre» gente pueda tener algo de intimidad.

Nos preguntábamos cómo los huéspedes de esos resorts accedían a la playa teniendo las habitaciones en lo alto del acantilado…hasta que hemos visto el «telesilla».

Te puedes hacer una idea de lo que tiene que costar aquello cuando te bajan a la playa en ascensor…

 

Karma Beach, a parte de ser muy bonita, permite que te bañes con algo menos de oleaje que en el resto de playas, y sus aguas están bastante más cristalinas. ¡Nos veíamos los pies!

Pero, como todo, tiene su parte buena y su parte mala: hemos contado 350 escalones de piedra, de diferentes tamaños y con distinta separación entre ellos, para dificultar un poco más la subida si es posible.

En realidad, si lo miras bien, todo es positivo: llegas a una playa bonita, donde no hay mucha gente, y cuando vuelves a casa entrenas los glúteos para lucirlos al día siguiente en otra playa.

Antes de llegar a la playa, hemos sido testigos de un horrible accidente. Un camión se había estrellado cuesta abajo contra una casa.

Las consecuencias han sido fatales para una niña y su tía. Suponemos que habrá habido más consecuencias, pero no hemos querido averiguarlo.

Era tremenda la cantidad de gente que se arremolinaba allí para echar fotos…

Nosotros sólo hemos sido capaces de bajarnos, por si podíamos ayudar, pero había tanta gente que nos hemos marchado acongojados.

Por favor, cuidado en la carretera, no estás sola en tu coche. Cuando conduces, va contigo: toda la gente que te quiere, otras personas en sus coches y gente que puede cruzarse en tu camino por cualquier razón.

Una vez que se nos ha pasado el sustazo y hemos visitado la playa, hemos querido acercarnos al mercado de pesacado y allí hemos conocido a otra parejita de españoles, Marga y Josep.

La cara de Josep nos sonaba mucho y es que resulta que habíamos coincidido con ellos en el hostal horrible de Kuala Lumpur, en el que pasamos los primeros días (Razzies guest house).

En su momento, nos dimos cuenta de que eran españoles pero no tuvimos la oportunidad de entablar conversación.

El mercado de pescado es alucinante. Allí puedes encontrar todo tipo de pescado fresco, a precio de turista si eres blanquita, y salir a los «restaurantes» adyacentes para que te lo cocinen.

 

Pero lo mejor ha sido el rato de charla con los españoles, que nos han dado unas cuantas ideas para continuar con el viaje por Indonesia.

Antes de comer, me han dado ganas de hacer pipí…el camarero del restaurante en el que estábamos (si a eso se le puede llamar restaurante), me indica que salga fuera y sigua el caminito hacia delante.

Me meto como en unas chabolas donde una mujer, rodeada de otras cuantas personas, me señala el baño, muy simpática.

¡Pero qué maja es la gente aquí!

Cuando salgo de hacer pipí del agujero maloliente y sucio del cuartucho aquel, la señora súper simpática me pide 2000 rupias.

Aún sabiendo que hacer pipí ahí no puede costar dinero, voy a buscar las 2000 rupias y se las llevo. Me las coge con una sonrisa de oreja a oreja, lanzándole una mirada cómplice a las personas que había con ella.

«¿Está bien?», le digo sorprendida por las miraditas que estaban compartiendo.

«Sí, sí, está bien», me dice la muchacha.

Cuando vuelvo a la mesa donde me esperaba Manué, me dice: «¿y la vuelta del billete que te he dado?»

«¿Qué vuelta cariño? Si hacer pipí valía 2000 rupias…».

Manu me había dado 20.000 y yo no me había dado ni cuenta. ¡Por eso se lanzaban miraditas cuando les he dado el billete! Les había dado 18.000 rupias de más…

Y encima les pregunto y me dicen que todo bien. Bien no, cojonudo, no te digo.

Enfilo el camino del baño otra vez, con cara de pocos amigos, y en cuanto me han visto a lo lejos han empezado a sacarse los billetes del bolsillo para darme la vuelta.

«Sorry, sorry», decía la listilla.

Zorry, diría yo, bonita.

No me molesta dar dinero a las personas que ofrecen servicios, sobre todo si se nota que realmente necesitan el dinero. Lo que me indigna es que me engañen en la cara, sin darse cuenta que las principales perjudicadas son ellas.

Con eso de que creo en el karma y en ese tipo de cosas, me tranquiliza pensar que la vida te devuelve lo que das. 

El karma, en general, y Karma Beach en particular, han sido los protagonistas de hoy.

Tania en Karma Beach

Los días siguientes han sido tranquilos, no hay mucho que resaltar. A parte de pagar la turistada de ir al templo de Uluwatu, poco más.

El templo de Uluwatu es muy famoso. A diario se montan largas colas para visitar el templo, las danzas balinesas que tienen lugar con la puesta de sol y el paisaje.

Como lo llaman «templo» y te obligan a ponerte sarong (la falda típica que te cubre las piernas), te esperas ver un gran templo lleno de monjes.

Templo, lo que se dice templo, no hay ninguno. Monjes…ni olerlos…Aún no comprendo por qué me tuve que poner esa falda sudada y maloliente. Lo cierto es que las vistas del acantilado son impresionantes, pero nada más.

 

Estamos esperando la llegada de nuestros amigos María Luisa e Iván en Ubud y tenemos que dejar el hostel de Herman.

Nos despedimos de Herman y su mujer, además de decir adiós a todos los huéspedes con los que habíamos estado coincidiendo estos días.

Moto, carretera y de vuelta a Ubud.

Por el camino, ya sin necesidad de gps, parece que vamos encontrando la ruta sin problema. Manu, muy contento de que su intuición le estuviese funcionando, no tiene la necesidad de mirar el móvil en ningún momento para comprobar si vamos bien.

Después de parar a comer, se le debió estropear la intuición y pensó que era muy buena idea llevar el móvil entre las piernas, para irse orientando mejor. La mochila, también entre sus piernas, servía de respaldo para el móvil.

Ir conduciendo por una carretera de 3 metros de ancho, por donde pasan coches y motos en ambos sentidos, con arrozales a los lados en los que te puedas pegar una buena leche, y llevar el móvil apoyado en la mochila entre sus piernas, le pareció una idea digna de ser patenta.

Resultado: móvil al suelo + móvil muerto + dos personas con un sólo móvil = Manu estará un mes unsando mi móvil, con lo que es muy probable que nos quedemos incomunicados los dos. 

Igualmente, si alguien quiere comprarnos la patente, la dejamos baratita.

Vamos a hacer noche en el Pondok Bali Home Stay, donde ya estuvimos antes de bajarnos para el sur, y donde alquilamos la moto.

Al día siguiente, que llegan nuestros amigos, nos cambiamos a otro lugar…

¡Qué lugar!

Han alquilado una villa privada para 4, con piscina privada y desayuno fabuloso, en medio de un arrozal espectacular.

Iván no me deja decir que ellos han pagado la villa…me ha censurado…así que no lo voy a decir ?

Aún no nos creemos que en unas horas vayamos a cambiar un modesto hostal por una villa privada con piscina.

¡Incrédibol!

Nos metemos en la cama algo nerviosos…mientras que nosotros dormimos, nuestros amigos deberían estar volando hacia aquí. Sin embargo, antes de acostarnos nos enviaron un whatsapp para decirnos que el primer vuelo se retrasaba unas hora y no sabían si iban a llegar con tiempo al segundo…

Señor, por favor, haz que lleguen pronto, que la villa está reservada pero nadie la ha pagado aún y si ellos no llegan nos tenemos que quedar en el hostal ?

¡Hazme el favor!

No pego ojo pensando en si habrán llegado bien, si habrán dormido bien, si estará todo bien…

Pero no vas a poder saberlo hasta la próxima semana.

Esta semana la reservamos para María Luisa e Iván. Queremos disfrutar a tope de estos días con ellos y de todas las cosas que queremos enseñarles.

La villa privada con pisicina y desayuno en medio de un arrozal, de ducha con mampara, salón con tele de plasma y cama extra grande, es algo secundario.

Lo más importante es poder compartir momentos especiales con gente especial.

Si a eso le añades lo otro, todo apunta a que serán unos días perfectos…Ya veremos…

Te cuento todos los detalles muy pronto.

UN ABRACITO

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: Bali, fish market, Indonesia, jimbaran, karma beach, templo de uluwatu

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