• Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal
logo-final
  • Inicio
  • Sobre mí
  • Servicios
  • Regalo
  • BLOG
    • ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO
    • DESARROLLO PERSONAL
    • MIS VIAJES
  • Equipo
  • Contacto

felicidad

QUERER AGRADAR A LOS DEMÁS TE ESTÁ GENERANDO CONFLICTOS INTERNOS. ¿QUIERES CONOCER 9 CLAVES PARA SOLUCIONARLO?

10 abril, 2017 por taniacarrasco 44 comentarios

Has creído durante mucho tiempo que para ser aceptada y feliz tenías que agradar a los demás a toda costa. A mí también me pasaba…

Pero también has aprendido a fingir que tú vas a tu aire y que no necesitas la aprobación de nadie. A mí también me pasaba.

  • Eras una hija complaciente pero rebelde cuando algo te irritaba mucho
  • Una hermana complaciente pero tus hermanas no se daban cuenta
  • Una amiga complaciente aunque te mostrases independiente
  • Una trabajadora complaciente aunque te encantaba tu trabajo

Eras la persona que creías que le gustaría a todo el mundo.

Al principio te funcionaba y conseguías tus objetivos: ser aprobada, alabada y querida. Hasta que te diste cuenta de que habías pasado por alto tus verdaderas necesidades y como no las manifestabas y nadie las conocía, esas personas a las que tú complacías, se volvían egoístas.

Se acostumbraron a que siempre dijeses a todo que sí y ya no había forma de que pudieses ponerte en tu sitio.

Además, ¿cómo iban a saber esas personas lo que tú querías si de lo único que te preocupabas era de lo que querían ellas?

Estabas más pendiente de sus problemas que de los tuyos, que también están ahí.

No conozco a nadie a quien no le guste agradar a los demás.

– ¿Quién no quiere que los demás estén contentos con sus decisiones?

– ¿Quién no quiere que le den su aprobación a todo lo que hace?

– ¿A qué persona no le gustaría complacer a todo el mundo en todo momento?

Como ser social que eres, tienes la necesidad de estar en contaco y llevarte bien con aquellas personas con quienes te relacionas.

El problema viene cuando esto se convierte en una obsesión que hace que te olvides de ti misma y pongas por delante las preferencias de l@s demás frente a las tuyas propias, sin sentido y por inercia.

Con el tiempo, te vas dando cuenta de que te estás traicionando a ti misma y de que es imposible complacer siempre a todo el mundo.

Ahora, cada vez que antepones las necesidades de otras personas a las tuyas propias, te sientes mal, se te hace un nudo en el estómago e incluso te cuesta respirar. Estás comprobando que ese no es el camino que te conducirá a la paz mental.

Tienes tal necesidad de agradar a otr@s que no sólo estás hasta la coronilla sino que es posible que explotes en algún momento y se líe parda.

¿Y cómo vas a permitirte eso? Si tienes una salida de tono no podrás agradar con la misma facilidad, por lo que aguantas un poquito más…

Al fin y al cabo tampoco es tan malo complacer a la gente…

Así tendrás amor incondicional de todo el que te rodea. Si continúas comportándote de esa manera, agradando y complaciendo, nunca te faltará el cariño de nadie.

¿Eso crees?

No, ya no lo crees. ¡Eso creías antes!

Ahora más bien te parece que te estás defraudando a ti misma continuamente y que por mucho que intentes agradar siempre habrá alguien, siempre, para quien no sea suficiente.

Conozco esa sensación perfectamente. Conozco el sentimiento de frustración que se siente cuando, aunque es algo que no resuena contigo, haces cosas para agradar y encima no lo consigues. 

Y aún peor, haces algo para agradar a los demás y lo consigues, pero te sientes tan mal que preferirías haberte arrancado los pelillos de la nariz con las pinzas porque lo que has hecho no va para nada con lo que tú sientes realmente.

¿Dónde te lleva esto?

¿Quieres seguir así?

¿Cuánto crees que aguantarás a costa de tu propia felicidad?

CUÁL ES EL ORIGEN DE LA NECESIDAD DE AGRADAR A L@S DEMÁS

Esa necesidad de agradar a los demás que tienes nace en la infancia.

  • Si buscas aprobación y no te la dan, malo. Pasarás la vida buscando y buscando y no podrás construirte una autoestima sana que te aleje de esa necesidad.
  • Si, por el contrario, cuando eres niña te dan la aprobación que buscas, te engancharás a esa sensación que puede llegar a ser muy adictiva.

Y así, no llegas a saber qué quieres en la vida, ni qué te hace feliz a ti, porque estás demasiado ocupada en hacer “felices” a los demás.

Por suerte, vas creciendo y haciéndote consciente de con qué cosas te sientes mejor e intentas conseguirlas. Si le gustan a l@s demás es perfecto, pero si esas personas no están de acuerdo con lo que tú quieres, vuelta a empezar:

¿L@s demás o yo? ¿Quién va primero?

MOTIVOS POR LOS QUE NECESITAS AGRADAR A LOS DEMÁS

Es normal que quieras agradar a todo el mundo. Los seres humanos necesitamos la aprobación para sentirnos parte del grupo social. Está demostrado que la gente más social presenta mayores índices de felicidad.

Estudios como este lo corroboran: a las personas que se apoyan en las relaciones con l@s demás, les va mucho mejor y son más felices.

Por lo tanto, si relacionarse bien con la gente da felicidad, crees que complaciendo en todo a esa gente con la que te quieres relacionar dichas relaciones serán más fructíferas.

Todo lo contrario.

No sé a ti, pero a mí las personas que se traicionan así mismas para agradar a otras me producen más sentimiento de compasión que otra cosa.

Sin embargo, las personas auténticas que no tienen miedo a ir en contra de opiniones diferentes y manifiestan sus deseos con asertividad, me merecen mucho más respeto y confianza. Por mal que suene decirlo.

ORIGEN DE LA NECESIDAD DE AGRADAR A LOS DEMÁS

En este artículo se explica muy bien de dónde viene esa necesidad de aprobación. Las causas son diversas y no tienen por qué darse de la misma manera en todas las personas.

Algunos de los motivos son los siguientes:

– No recibiste halagos en su momento.

La niña que eras creció sin sentir la aprobación que le hubiese gustado y por ello aún la sigue buscando.

Cuando los padres son demasiado críticos o no te dan la atención “suficiente”, puedes sentir que hay algo malo en ti. La sensación de abandono y el miedo al ridículo se desarrollan y hacen que escondas lo que eres.

A unas mujeres les da por manifestar esa sensación de sentirse insuficientes y a otras, como tú y como yo, les da por esconderse detrás de una máscara aparentemente preciosa y resistente. 

– Quieres ser aceptada a toda costa.

Has desarrollado unos mecanismos de supervivencia para prevenir la sensación de abandono.

Te preocupa mucho ser rechazada y piensas, muy erróneamente, que si vas en contra de lo que quieren los demás estas personas no te aceptarán. Piensas que mostrarte como eres puede alejarte de mucha gente.

Tienes tal obsesión por ser aceptada que se ha convertido en algo que haces en piloto automático, sin darte cuenta.

– Falta de autoestima.

El hecho de no haber conseguido reforzar tu autoestima correctamente hace que te apoyes en lo que se llama heteroestima (percepción que tienes de lo que te aprecian los demás).

Así que cuantas más valoraciones positivas te lleguen, más crees que vales y en eso fundamentas un aparente amor propio.

Te apoyas en un sentimiento de falsa autoestima, de forma inconsciente, que repercute en todas las áreas de tu vida.

EN QUÉ MOMENTO AGRADAR A L@S DEMÁS SE CONVIERTE EN ALGO PERJUDICIAL PARA TI

Agradar es muy bonito, y muy positivo, cuando no se convierte en una obsesión que conduce tu comportamiento. Si te identificas con varias de estas conductas puede que tengas que hacer algunos cambios.

– No sabes decir «no».

Estás por y para todo el mundo, antes que para ti misma. Quieres decir “no” pero eres incapaz, si eso implica hacer algo que la otra persona no espera de ti.

Pones por delante hacer favores a l@s demás antes que satisfacer tus propias necesidades.

– Tus emociones dependen de lo que opinan otras personas.

Si te alaban te sientes alegre y feliz, pero si te desaprueban, te sientes triste y frustrada.

– Intentas pasar desapercibida o llamar demasiado la atención, te vas a los extremos. 

Quizá esto de pasar desapercibida no te preocupe siempre pero sabes que, a veces, lo haces con tal de evitar las críticas que podrían derivarse de comportarte con naturalidad, tal y como tú eres.

En otras ocasiones, haces ver tu originalidad si así piensas que vas a gustar más.

– Te preocupas demasiado por la imagen.

No te permites estar mal arreglada en público. Para mostrarte ante los demás necesitas tener una imagen “adecuada” por si alguien pudiese ver realmente cómo eres.

Está genial arreglarse y querer tener buena imagen, pero si es una necesidad que te obsesiona, tienes un problema. Y sé muy bien de lo que hablo.

Las mujeres que no tienen la necesidad de aprobación constante no tienen inconveniente en mostrarse con la cara lavada y sin arreglar, con toda naturalidad.

– Tienes opiniones diferentes pero no te atreves a expresarlas por si molestas a alguien.

Prefieres adecuarte a lo que piense esa persona antes que dejar clara tu posición y que dicha persona se pueda ofender.

– Vives en un estado de angustia intentando ajustarte en todo momento a lo que otras personas esperan de ti.

Ya sabes que es imposible agradar a todo el mundo, así que la ansiedad hace aparición a menudo para recordártelo.

Porque, aunque lo sabes, no soportas caerle mal a alguien, aunque a ti ese alguien te importe un pimiento.

CONSECUENCIAS DE QUERER AGRADAR A LOS DEMÁS SIEMPRE

Todo lo que haces en la vida tiene sus consecuencias. Si tu rol principal pasa por querer complacer siempre  obtendrás resultados, como estos, que a veces no serán los deseados:

– La gente se acostumbra a que les quieras agradar y lo aceptarán como si fuese tu obligación. De esta manera, cuando te salgas de lo que esas personas piensan que deberías hacer, no lo aceptarán y exigirán ser complacidos, puesto que es a lo que les has acostumbrado.

Si cada lunes le llevas flores a una amiga, el lunes que no lo hagas serás juzgada.

– Generarás malestar. Hay mucha gente a la que les gustará que intentes agradarles constantemente y otra mucha gente a las que eso les parezca un suplicio.

El halago permanente, el sí a todo, el no tener una opinión objetiva y el decir lo que crees que esa persona quiere escuchar, te resta credibilidad.

Ya, ya sé que no lo haces a menudo, solo cuando tienes muchas ganas de agradar a esa persona. Pero lo haces.

Acabarán dándose cuenta que todo lo que haces y dices no tiene validez porque lo haces y dices simplemente para complacer. Te perderán el respeto y no les interesará tu opinión.

– Serás manipulada y abusarán de ti. Puesto que sólo buscas complacer y no sabes manifestar tus deseos, abusarán de tu buena voluntad y te manipularán para que acabes haciendo lo que otras personas quieren.

Sé que pareces fuerte y segura, con las cosas claras, con una buena autoestima.

Sé que en realidad esas personas a las que intentas agradar no tienen ni idea de que lo haces.

Sé también que no te manipulan ni abusan de ti con la intención de fastidiarte, simplemente usan las herramientas que tienen para sobrevivir a su propia vida.

Pero cuando se dan cuenta de que contigo es fácil usar el chantaje emocional, lo seguirán utilizando.

Y aunque te muestres fuerte y segura, también saben que eres de buen corazón y que intentarás hacer lo que sea para que ell@s estén bien.

No se trata de mandarles a la mierda, que a veces no está de más, sino de que tú misma te respetes para que nadie abuse de ti, consciente o inconscientemente.

– Con esta necesidad patológica, te olvidas inevitablemente de ti y esto será lo que te traerá las peores consecuencias. Actúas siempre para agradar a l@s demás, y en muchos casos no tendrá nada que ver con lo que tú quieres.

De esa manera, te sentirás tan mal contigo misma que tu autoestima, lejos de aumentar, decrece por momentos porque empiezas a sentirte insatisfecha con tus actuaciones, ya que haces cosas que realmente no quieres hacer.

Se te agotará la energía. 

– La angustia, la ansiedad y la frustración, irán haciendo mella en ti hasta que empieces a escucharte.

Estas tácticas para agradar te han estado funcionando mucho tiempo, hasta que el vacío que sientes se ha hecho palpable.

Ahora ya no te vale con agradar, ahora quieres sentirte en paz contigo misma y establecer prioridades. Solo así llegarás donde quieres.

– Perderás de vista lo que quieres, cómo lo quieres y no serás capaz de ver con claridad quién eres. Te desconectas de tu propia alma y te olvidas de ti. Todo esto no hace más que obstaculizar tu propio crecimiento personal en todas las áreas de tu vida.

Así que como ya te has dado cuenta, es el momento de hacer algo, ¿no?

9 CLAVES PARA SUPERAR LA NECESIDAD DE AGRADAR A L@S DEMÁS

Cuando la necesidad de agradar te genera malestar, no te queda otro camino que frenar esa conducta para no sentirte mal contigo misma.

Ya, qué fácil suena y qué complicado es hacerlo…lo sé, he pasado por muchas de estas conductas. Pero estoy segura de que poniendo un poco de atención conseguiremos mejorar juntas.

Estas son las 9 claves que te recomiendo para ponerle fin a esto:

1. OBSÉRVATE.

Imagina que estuvieras viendo la película de tu vida. Observa estos comportamientos, cuando los tengas, y analízalos. ¿Qué sientes? ¿Por qué lo haces? ¿Qué necesidad está intentando cubrir tu comportamiento?

2. PÁRATE A PENSAR antes de tomar cualquier decisión.

Cuando alguien te plantee alguna cuestión que requiera de tu participación, no actúes por inercia y tómate un tiempo para pensarlo.

Así podrás reafirmarte en lo que tú quieres con mayor seguridad.

3. ESCUCHA A TU CORAZÓN

Cuando observes los comportamientos de los que hablamos y te pares a tomar una decisión, piensa primero qué es lo que opinas y lo que quieres tú.

Ya hemos hablado de escuchar al corazón en otras ocasiones. Olvídate por un momento de lo que necesiten l@s demás. Cuando hayas conseguido averiguar qué es lo que quieres tú, puedes pensar si está en sintonía o no con lo que quieren esas personas y, en función de eso, tomar una decisión.

4. APRENDE A MANIFESTAR TUS OPINIONES Y DESEOS CON ASERTIVIDAD

Que quieras algo diferente a lo que se espera de ti no significa que tenga que haber un conflicto.

Si lo que quieren l@s demás y lo que quieres tú va en la misma línea, genial, todo el mundo contento. Pero si lo que tú quieres no es lo que quiere esa otra persona, manifiesta tu opinión con todo tu amor, sin confrontación, sin imposiciones.

5. ACEPTA QUE NO VAS A PODER GUSTARLE A TODO EL MUNDO

Que sepas manifestar tus deseos con amor y asertividad no significa que l@s demás tengan que estar de acuerdo contigo.

Asume que no siempre gustarás, que no siempre te aprobarán y no te lo tomes como algo personal. No es algo contra ti, es algo contra la opinión o la actuación que estás teniendo.

Eso no te hace menos valiosa, sino exactamente lo contrario.

6. MANTENTE FIRME

Cuando tienes claro lo que quieres y cómo lo quieres y, además, no haces ningún mal a nadie con ello, no te dejes manipular. Sé fuerte, sé coherente y sostén la frustración que te va a generar esa desaprobación al principio.

Después pasará a convertirse en respeto por ti misma y hará crecer tu autoestima.

7. BUSCA EL EQUILIBRIO

No se trata de que pases de ser la “niña buena” a la bruja del cuento. Se trata de que cambies las cosas que haces sólo por agradar y que te hacen daño a ti.

A veces se podrán llegar a acercar posturas y que quede un “ni pa ti ni pa mi” y otras veces habrá que posicionarse con más agudeza para luchar por lo que tú quieres.

8. COMENTA TU NECESIDAD DE CAMBIAR con las personas con las que tienes estos comportamientos.

Puedes explicarles, si así lo consideras, cómo te sientes y por qué a partir de ahora vas a empezar a mirar más por ti. Y hazte cargo también de que la reacción de estas personas no sea la que te gustaría.

No se acaba el mundo, no pasa nada. Tú puedes responsabilizarte de lo que tú sientes pero no de lo que sientan ellas.

9. QUIÉRETE, ACÉPTATE Y RESPÉTATE COMO ERES porque es la única manera de que los demás puedan hacer lo mismo.

Si tú valoras tus deseos y tus opiniones, habrá a quien le guste y a quien no, pero establecerás relaciones más verdaderas y te sentirás más en coherencia contigo misma. Y eso, querida amiga, no tiene precio.

Y para eso, quizá podrías empezar a transformar algunos hábitos relacionados con la alimentación y el ejercicio para sentirte tan bien por dentro que no te importe nada lo que digan fuera.

CONCLUSIONES

A estas alturas de la película ya sabrás que tu felicidad depende única y exclusivamente de ti. Si las personas con las que te relacionas te dan o no su aprobación, puedes ser igual de feliz.

También tendrás claro que para tener la vida que deseas, tienes que ser capaz de defender tus derechos. Pensar sólo en los derechos de l@s demás, olvidándote de los tuyos propios, no es la mejor manera de tener la vida auténtica que estás buscando.

Agradar a l@s demás está muy bien y es muy bonito. Querer que el resto del mundo esté contento y poder cubrir necesidades de personas a las que tenemos aprecio llena el alma. Pero cuando es a costa de tu propia alma el precio es demasiado alto.

Encontrar el equilibrio entre las necesidades de los demás y las tuyas propias sería lo ideal. Pero está claro que encontrar, y mantener, el equilibrio en todo es una tarea muy difícil.

Sólo pensando un poco más en ti y haciendo sólo las cosas que te hacen sentir bien, estarás más cerca de la vida que quieres. Si, por el camino, además eres capaz de complacer a otr@s, seguro que eso te da aún mayor felicidad.

Es precioso ayudar a la gente y hacerla un poco más feliz. Pero lo primero, siempre y cuando no hagas daño a nadie, eres tú.

En RevolucionaT trabajamos para potenciar tu salud física para que te sientas bien y puedas gestionar mejor tus emociones y tus retos.

Si estás dispuesta a dar el paso, te espero dentro.

Un abrazo enorme

Y GRACIAS A LA AMIGA QUE ME PIDIÓ QUE ESCRIBIERA SOBRE ESTO

Espero que con tu idea y mi artículo hayamos podido ayudar a muchas personas.

Y tú, ¿cuántas cosas has hecho por agradar a l@s demás, sin tener nada que ver con lo que tú querías?

¡Me encanta «escucharte»!

Publicado en: DESARROLLO PERSONAL Etiquetado como: agradar a los demás, autoconocimiento, autoestima, conflictos internos, desarrollo personal, felicidad, necesidad de aprobación

NAGARKOT: MONTAÑA Y ACONDICIONADOR

9 diciembre, 2016 por taniacarrasco 4 comentarios

Nos acercamos a las montañas desde un pueblo llamado Nagarkot. Dicen que desde aquí se ve el Everest.

Curiosamente dormimos bien, a pesar del frío y de la cama asquerosa que tenemos.

Nada más levantarme, corro a la ducha a ver si el agua hirviendo me ayuda a empezar el día de otra manera.

¡Mala idea!

O por las mañanas no hay agua hirviendo o es que he sido mala y estoy quemando karma…

Tampoco he mencionado que el baño, a parte de estar fuera de la habitación, tiene una ventana…que no se cierra.

No es que esté rota ni nada parecido, es que directamente es un agujero de un metro en la pared, con su marco y todo, pero sin cristal, ni puertecita, ni ostias. Una especie de mosquitera separa el baño de la intemperie.

¿A quién se le ocurrirán estas ideas tan estupendas?

Después de esta ducha tan agradable, lo primero es ponernos a intentar reservar el vuelo, ¡pero ya!

Es pensar en la playa y el calorcito y me vuelvo loca.

Aunque el billete a Thailandia nos ha jodido el presupuesto para todo el viaje (con lo que nos ha costado viviríamos un mes aquí), nos reconforta tenerlo y saber que pronto estaremos por allí.

Así que empezamos el día con alegría.

Hacemos la mochila muy contentos y vamos en busca del bus que nos llevará a Nagarkot.

Al mismo tiempo que tragamos polvo por la calle, no nos queda más remedio que reconocer que Bhaktapur es una ciudad grandiosa.

El alojamiento ha dejado mucho que desear pero la ciudad es increíble.

En unos 20 minutos encontramos la parada de bus y nos subimos al nuestro.

No quedaban muchos asientos, así que tenemos que sentarnos separados.

Hasta que el bus no se llena hasta la bandera aquello no arranca.

El 90% de los pasajeros son jovencitos de uniforme que suponemos que van al cole. Son las 10 de la mañana. Tomad nota en España para la próxima ley de educación.

¡Ah no, que la educación no es importante!

Cuando somos unos 500 en ese mini bus de 30 plazas, empieza el viaje.

Subimos por el monte a duras penas, pero llegamos. En algunos momentos nos dio la impresión de que nos tendríamos que bajar a empujar, pero no.

¡Nagarkut nos conquista sin esfuerzo!

Las vistas son muy chulas y parece un pueblo muy tranquilo. No hay demasiado polvo, ni ruido y el día es caluroso.

Repetimos nuestro ritual de siempre buscando alojamiento.

Casi todas las habitaciones que vemos tiene unas vistas especiales. Es el principal reclamo turístico de este sitio y lo saben aprovechar.

Lo que es algo discordante es el precio de dichas habitaciones.

Creemos que por aquí fuman algo raro y ponen los precios en estado de enajenación mental.

Preguntaremos, no vaya a ser que esta gente esté drogada y haya que esperar unas horas antes de negociar.

Al poco rato encontramos un sitio de precio razonable, sábanas limpias y vistas espectaculares. Estos no se han fumado nada.

Mientras nos enseñan la habitación descorren las cortinas del ventanal y ya no hay más que hablar.

 

¡Nos quedamos aquí!

Es más, veníamos sólo para una noche y ya veremos si no nos quedamos varios días.

La hora de comer se nos echa encima.

Entramos en un sitio de los de siempre y nos hace gracia como los lugareños, sobre todo hombres, no apartan la vista del televisor. Están emitiendo lo que parece una telenovela que debe ser muy interesante.

No entendemos ni papa pero la comida es barata y está rica.

La idea de hoy es ver la puesta de sol desde un mirador, pero cuando el sol se pone aún no lo hemos encontrado.

No pasa nada. Encontramos un helipuerto y echamos unas fotillos.

¡Con qué poco nos conformamos!

vistas de Nagarkot

Para subir al helipuerto tuvimos que saltar una valla espinada porque estábamos entrando en zona militar restringida.

Pero por allí no se veían nada más que algunos niños con uniforme de cole, siguiendo un caminito.

Si por aquí pasan niños no será una zona peligrosa, pensamos…

El caso es que desde arriba del helipuerto aún se veía el sol escondiéndose trás las montañas, pero la idea de puesta de sol que teníamos era otra bien distinta.

A eso de las 5:30 de la tarde, ya estamos buscando sitio para cenar.

Después de mirar los precios de algunos restaurantes donde deben fumar lo mismo que los que ponen precio a ciertos hoteles, nos decantamos por un bar solitario.

Dentro del bar, sólo el dueño mirando el móvil.

Nos cae en gracia y le preguntamos si tiene toukpa (sopa de verdura con noodles).

 

Nos dice que hecho no tiene nada pero que nos lo hace.

¡Empezamos bien!

También pedimos tongba, esa bebida alcohólica típica nepalí con la que se puso Manué a dar palmas con las orejas la primera vez que la probó.

 

Dice que no quiere, pero se acaba bebiendo la mitad y sale del bar cantando por soleares.

Es maravillosa para el frío porque es alcohólica y caliente. ¡Justo lo que necesito!

El señor del establecimiento afirma que tiene los mismos grados que la cerveza, pero yo afirmo que los triplica. Y Manué también.

La sopa está súper rica. Más casera no puede ser porque hemos visto al señor cortando la verdura y haciendo la sopa con sus propias manos. El caldito es espeso y sabroso, nos relamemos.

Mientras cenamos, el señor (cuyo nombre no hemos conseguido memorizar) nos cuenta cosas del terremoto y de alguna que otra desgracia del lugar.

Pero nos lo cuenta entre risas, no penséis que está traumatizado ni nada.

¡Te ha tocado propina apañao!

¡Y mañana volvemos seguro!

Aunque no hemos visto la puesta de sol, que era a lo que habíamos venido, nos han contado que el sol se pone todos los días.

Deducimos con ello que es probable que mañana haya otra, así que mañana lo volveremos a intentar.

El despertador va a sonar a las 4:30 porque queremos hacer algunos kilómetros caminando, para ver la salida del sol desde un lugar privilegiado.

Cuando Manu programa el móvil a la hora prevista, me mira cómo preguntándome si realmente es necesario…

Le recuerdo que hemos venido a eso, a ver la salida y la puesta, y la puesta ya nos la hemos perdido.

No muy convencido, gesticula haciéndome burla y metiéndome prisa para que me meta en la cama.

¡Hoy sólo vamos a dormir 7 horas y media, dice!

Como si eso fuese un problema para mí…

Pero sin duda, lo mejor del día ha sido que ¡he podido comprar acondicionador!

Mi pelo se había convertido en una maraña áspera y canosa.

¿Cómo puede ser que algo tan simple te proporcione tanta felicidad?

Voy a meterme en la cama que al final sale el sol y sigo pegada a la tablet.

MUUUUUUUUUUUUA

 

 

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: acondicionador, el viaje de mi vida, everest, felicidad, nagarkot, nepal, tongba, toukpa

Y TÚ, ¿QUIERES QUE EL MIEDO TE JODA LA VIDA?

15 noviembre, 2016 por taniacarrasco 24 comentarios

Tenía muchas ganas de escribir sobre el miedo, porque creo que es una de las principales causas de infelicidad en esta sociedad que nos ha tocado vivir.

Yo, que presumo siempre de que no tengo miedo, he podido sentirlo estos días en mis carnes, como monstruo que te aplasta y no te deja respirar.

En la sección del viaje, os contaba como las noches en el retiro de meditación se me habían hecho eternas. Cómo esa oscuridad desconocida, esos ruidos extraños, la lejanía de cualquier tipo de seguridad y la mente imaginando situaciones aterradoras, habían conseguido hacerme sentir ese miedo que normalmente pasa de largo para mí.

Si no sabes de qué te estoy hablando, puedes echarle un vistazo a estos artículos:

  • Cómo sobrevivir a un retiro budista de meditación
  • Seguimos en el retiro budista

 

Desde el punto de vista biológico, el miedo se relaciona con los mecanismos de supervivencia y defensa, por lo que puede ser bueno para el individuo y su especie.

Te pongo un ejemplo: si vas a cruzar una calle y ves que se acerca un camión, el miedo a ser atropellada hace que esperes a que el camión pase antes de cruzar. En esta ocasión el miedo te está beneficiando.

Pero no es a este miedo lógico al que quiero hacer referencia.

Las siguientes definiciones se acercan más al miedo del que quiero hablarte.

Miedo:

– Angustia por un riesgo o daño real o imaginario.

– Recelo o aprensión que alguien tiene a que le suceda algo contrario a lo que desea.

«Daño real o imaginario»…

«Algo contrario a lo que desea»…

Tenemos miedo a todo:

  • Miedo a quedarnos sin trabajo
  • Miedo a tener un trabajo donde no estemos a la altura
  • Miedo a no tener dinero
  • Miedo a tener tanto dinero que nos cambie la vida
  • Miedo a lo desconocido
  • Miedo al cambio
  • Miedo a la enfermedad
  • Miedo a tomar decisiones
  • Miedo al miedo

Al igual que me pasó a mí en las noches del retiro de meditación, te obsesionas con la idea de los imaginarios peligros que te acechan y los utilizas como justificación para la huida, el apalancamiento y el conformismo.

Cada noche inventaba mil excusas que me sirvieran para explicar porqué me quería marchar de allí de inmediato.

Sin embargo, después de debatir con el miedo, me convencía de que tal cosa no existía más que en mi imaginación, que posiblemente esa emoción desconocida para mí había venido a decirme algo, y que era mi obligación escucharla y aguantar allí a ver qué es eso que yo tenía que aprender de la situación.

Al igual que hice yo misma esas noches, tú también te pasas la vida inventando excusas que sirvan de justificación para no moverte de tu zona de confort. 

Para mí en ese caso, la zona de confort era irme a cualquier albergue a dormir con mi chico y no tener que soportar ese miedo.

Y de ese modo, aunque me hubiese perdido unos días maravillosos en un entorno espectacular, cuántas veces te dices a ti misma: «¡Más vale malo conocido…!»

¡Qué frase tan horrible!

Seguro que muchas personas creen en esta frase y la recitan como el Padrenuestro, pero yo creo que la gran mayoría de las veces «lo bueno por conocer» es muchísimo mejor.

Vamos a repetirla entera: «Más vale malo conocido que bueno por conocer».

¿En serio?

¿De verdad es mejor quedarse en los sitios de siempre, haciendo las cosas de siempre, hablando de lo de siempre, viendo lo de siempre, comiendo lo de siempre…si eso de siempre NO te gusta, por el miedo a encontrar algo diferente que te pueda gustar más?

¡Pero cuidado!

No estoy hablando de la gente que hace lo de siempre por elección y por convicción. Estoy hablando de la gente que no hace nada nuevo, por miedo.

Son dos cosas muy diferentes.

Cuando decidí dejar mi vida cómoda para pasarme unos meses viajando por ahí con mi pareja, la mayoría apelaba al miedo para hacerme retroceder.

  • «¿Y no te da miedo quedarte sin trabajo?
  • ¿No te da miedo enfermar?
  • ¿No te da miedo la incertidumbre?
  • ¿No te da miedo encontrarte con personas malas?»

¡Miedo, miedo, miedo!

¿Qué hubiese pasado si la primera noche del retiro me hubiese dado media vuelta y me hubiese marchado?

¿Qué hubiese pasado si el miedo me hubiese cortado las alas y me hubiese mantenido en mi vida cómoda?

No me hubiese muerto de angustia ni sería menos feliz, porque eso no va conmigo, pero me hubiese perdido miles de experiencias y aprendizajes que creo que necesito.

Y además, me hubiese preguntado siempre ¿qué habría pasado si hubiese sido capaz de hacerlo?

Tengo que reconocer que tengo miedo a muchas cosas:

  • Tengo miedo a que alguien de mi familia enferme
  • A perder a mis seres queridos
  • Tengo miedo a ponerme muy gorda
  • O a que se me caigan los dientes
  • Tengo miedo a que el número de malas personas supere algún día al de las buenas, porque entonces estaremos perdid@s

Pero, ¿qué puedo hacer yo ante todo eso?

Puedo quedarme en casa esperando que llegue el momento de que algún ser querido me falte, pero ¿alargaría eso su vida?

Si tengo miedo a ponerme gorda o a que se me caigan los dientes, lo único que puedo hacer es cuidarme para que eso no pase.

Si no quiero que «las malas personas» salgan ganando, lo mejor que puedo hacer es intentar ser la mejor versión de mí misma, para poner mi granito de arena en construir un mundo mejor.

Quedarme en casa quejándome de lo malos que son los demás no ayuda en nada.

Paralízate, pon excusas, escóndete dentro de lo conocido, todo es lícito, pero eso no te va a ayudar a crecer.

O también puedes…prohibirle el paso al miedo.

Mira a ver:

  • Cuáles son tus objetivos
  • Qué metas persigues
  • Qué te gustaría tener en tu vida
  • Y analiza los miedos que te impiden tener esa vida que mereces

Cuando tenía mi negocio, había una cosa que me daba mucho miedo y me resultaba muy difícil: enfrentarme a la gente que no respetaba mi trabajo.

¿Por qué?

  • Por el miedo a quedar mal
  • A que dejasen de apreciarme
  • y a perder clientes

Un día leí en alguna parte la frase «haz lo que temes«, y desde ese día las primeras tareas cada mañana eran las que me resultaban más incómodas y me daban más miedo.

Si tenía que enfrentarme a alguien y luchar por lo que yo consideraba justo para mí, lo ponía lo primero en mi agenda.

De ese modo, en lugar de pasarme todo el día pensando en aquello que tenía que hacer y atrasando el momento para hacerlo, me pasaba el día satisfecha con mi actuación y con un poquito menos de miedo para la próxima vez.

 

Te invito a hacer un ejercicio:

Haz una lista con aquellas cosas que te de miedo hacer y que estén impidiéndote avanzar en la vida.

Analízalas, reflexiona sobre ellas.

Si hay algo a lo que tengas que enfrentarte y que vaya a darte alas para salir del apalancamiento ¡hazlo!

Las satisfacciones que da enfrentarse a los miedos ilógicos no tienen comparación con ninguna otra cosa.

El miedo, el 99% de las veces, no sirve para nada.

«Hagas lo que hagas, estás condenado a aprender»

Así que mejor hacer lo que tú quieres que lo que quiere el miedo, ¿no?

Lo peor de todo es que el miedo condiciona casi todas tus decisiones.

Cuando tengas que tomar una decisión, piensa primero si la estás tomando tú desde lo más profundo de tu ser o si estás dejando que el miedo te lleve a su terreno.

Tampoco se trata de ser una persona temeraria y lanzarse a piscinas vacías.

De lo que se trata es de que seas capaz de reconocer cuándo haces las cosas porque es lo que quieres y cuándo haces las cosas por miedo.

Resumiendo todo lo anterior, me gustaría que te quedases con lo siguiente:

  • Sé consciente de tus miedos y de cómo controlan tu vida.
  • Párate a pensar qué harías si no tuvieras miedo. 
  • «Haz lo que temes», porque eso te dará fuerza y confianza para el siguiente reto.

 

Nada se escribió de l@s cobardes. Clic para tuitear 

Nada se escribió de l@s cobardes, y tú eres una persona muy valiente.

Pero si crees que necesitas alguien que te ayude a tomar impulso, aquí me tienes.

 

 

Publicado en: DESARROLLO PERSONAL Etiquetado como: felicidad, miedo, prohibido, valiente

Barra lateral principal

Copyright © 2023 · Genesis Sample en Genesis Framework · WordPress · Acceder

Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros para recopilar información estadística sobre su navegación y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias, generada a partir de sus pautas de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Acepto Leer Más
Política de cookies

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR