¿Cómo? ¿Qué tú no eres feminista?
¡Eso no es verdad! Y te voy a demostrar por qué…
Y tú, ¿crees que porque seas un hombre no puedes ser feminista?
¡Pues también te equivocas! Hay muuuuuuchos hombres feministas. Bueno, vale, no tantos, pero alguno hay 😉
Si resulta que eres una persona:
– Que cree en la igualdad entre seres humanos.
– Si eres alguien cuya filosofía de vida incluye el respeto por todo el mundo independientemente de su sexo y su condición.
– Si te has visto sometida como mujer en algunos aspectos de tu vida y eso te ha cabreado.
– Si eres un hombre coherente que no sólo defiende la igualdad sino que la practica en su vida sirviendo como ejemplo de aquello en lo que cree…
¡Eres feminista!
– Por mucho que odies la palabra.
– Por mucho que te empeñes en negarlo porque ser feminista no queda bonito.
– Por muchas vueltas que quieras darle al término y te tragues las connotaciones negativas que han querido atribuirle…
¡Estamos en el mismo barco!
Lo único que puede estar pasando es que seas una feminista acomplejada… y tú no quieres ser eso ¿verdad?
¿QUÉ ES UNA FEMINISTA ACOMPLEJADA?
Pues una feminista acomplejada es aquella persona que, a pesar de que sus ideas están orientadas hacia la consecución de un mundo más igualitario, no se atreve a expresar su opinión abiertamente por diversos motivos:
– Cree que sus opiniones no son suficientemente valiosas.
– Se siente inferior en algún sentido.
– Siente la necesidad de luchar por lo que cree pero no sabe cómo hacerlo para no ser juzgada.
– Se deja influir por lo que otras personas dicen en lugar de cuestionarlo para construir sus propias opiniones.
POR QUÉ EL FEMINISMO PUEDE AYUDARTE A SER MÁS FELIZ
Es cierto que a lo largo de mi trayectoria feminista, que empieza cuando salgo del útero de mi madre, mi forma de pensar y proceder ha cambiado mucho.
Sigo hablando de feminismo, pero inventé el “feminalismo” porque encajaba mucho mejor con la evolución que yo misma estaba teniendo como mujer.
En este artículo te cuento todo lo referente a mi filosofía, “el feminalismo”, para que entiendas perfectamente mi forma de ver las cosas en estos momentos. Es importante que lo leas para que entiendas mucho mejor lo que voy a contarte a continuación.
En ese artículo también comprenderás que tanto si se habla de feminismo, de feminalismo o de igualdad, ese camino te acerca a la felicidad porque:
– Te reafirma como mujer.
– Te empodera para que te sea más fácil conseguir tus objetivos.
– Te libera de la carga de los estereotipos.
– Te aleja de la prisión de la imagen física que te has contruido para gustar a los demás…
¿TIENE COMPLEJOS UNA PERSONA FEMINALISTA?
Sí, definitivamente sí, una persona feminalista también tiene complejos.
¿Por qué ibas a querer entonces ser una mujer feminalista?
Muy sencillo…
Va a ser muy difícil que dejes atrás los complejos para siempre, lo que no es tan difícil es aceptar que tienes complejos, debilidades y miedos, y que eso no signifique un freno en tu camino.
Acuñando el término «feminalismo» entendí que era una mujer con muchos complejos pero que el hecho de darme cuenta y querer deshacerme poco a poco de mis limitaciones me haría más libre, más auténtica.
Comprendí que había estado tapando mis inseguridades y que había llegado el momento de liberarme de mis propias máscaras.
Si conseguía ser más libre y más auténtica, sería porque habría conseguido quererme lo suficiente para entender que la libertad y la autenticidad no tienen que ver con la perfección.
La libertad y la autenticidad tienen que ver con aceptarte como eres, buscar el camino que te ayude a amarte cada día más y conseguir las herramientas para cambiar las cosas que te hacen mal.
DIFERENCIA ENTRE “QUERER CAMBIAR LAS COSAS QUE TE HACEN MAL” Y “QUERER CAMBIAR LAS COSAS QUE TE ACOMPLEJAN”
Es diferente cuando tu necesidad de cambiar nace del respeto por ti y por crecer como persona, que cuando esa necesidad de cambiar nace de querer quitarte los complejos a base de parches.
Te voy a poner unos ejemplos para que me entiendas mejor:
Ejemplo 1:
Tomas mucho azúcar, la médica (no el médico, ni la médico, “la médica”) te ha dicho que eres diabética y tienes que tomar precauciones. Así que tú, que te quieres y te valoras, reduces drásticamente el consumo de azúcar por el bien de tu salud.
Estás queriendo cambiar las cosas que te hacen mal de una forma muy evidente. Tod@s sabemos que el azúcar es veneno.
Por lo tanto, conseguirás mejorar tu salud, sentirte mejor y tener mayor calidad de vida.
Ejemplo 2:
Te acomplejan mucho tus pechos. Son muy pequeños, uno es más grande que el otro y cuando te pones escote pareces una niña de 15 años.
Sé bien cómo te sientes…
Así que te pasas una temporada ahorrando para operarte y ponerte siliciona (o lo que sea que pongan ahora).
Estás queriendo cambiar las cosas que te acomplejan.
Por lo tanto, en lugar de hacer terapia para mejorar tu autoestima, pasas por quirófano y cuando sales, sigues siendo la misma persona acomplejada, pero ahora tienes unas buenas tetas (parche).
El ejemplo dos reflejaría claramente lo que es una feminista acomplejada.
Una mujer que a pesar de defender la igualdad, se da tan poco valor a sí misma que piensa que por tener los pechos más grandes será más valiosa y apetecible para los hombres.
¡Cuidado! que no estoy juzgando a las mujeres que se operan los pechos. Cada persona tiene su camino y tiene que encontrar sus soluciones.
Sólo te estoy poniendo un ejemplo que responde a mi experiencia vital de niña acomplejada que pensaba que operándose los pechos su vida mejoraría.
LA VERDADERA FEMINALISTA
Una verdadera feminalista va mucho más allá:
– La verdadera feminalista sabe que tiene complejos pero no deja que la limiten.
– La verdadera feminalista, a veces, llena sus vacíos con cosas externas (comida, tabaco, relaciones sexuales), pero busca soluciones y no se ahoga en la frustración y la auto exigencia en búsqueda de la perfección.
– La verdadera feminalista lucha por lo que cree, asumiendo que no siempre será el mejor ejemplo porque ella también es un ser humano que se equivoca.
– La verdadera feminalista intenta ser ella misma el cambio que quiere ver en el mundo, pero sin presión, con amor y paciencia.
– La verdadera feminalista no busca culpables a lo que le pasa, sabe que la mayor responsabilidad de su vida la tiene ella.
– La verdadera feminalista puede quejarse, lamentarse y frustrarse lo justo para deshaogarse: luego pasa a la acción.
– La verdadera feminalista es capaz de respetar a los demás porque se respeta a sí misma por encima de todas las cosas.
– La verdadera feminalista acepta sus sombras, refuerza sus luces y vive a su manera.
– La verdadera feminalista lucha por lo que cree, pero siempre es una lucha pacífica.
CREENCIAS QUE TE IMPULSAN
Seguro que a ti también te ha pasado, que buscas movimientos sociales, ideologías e incluso religiones que tengan algo que ver contigo para sentirte parte de algo más grande que tú.
Has explorado, has leído, has probado, pero nada se adapta a lo que buscas.
Y eso es lo que me ha pasado a mí durante años y por lo que creé mi propio movimiento: El Feminalismo.
Sin embargo, no comparto la idea de que haya que agarrarse a clavos ardiendo para sentirse parte de alguna manada, para ser mejor, para ser más valiosa.
Con el paso de los años yo he ido construyendo mis caminos, porque nadie transita solo uno, y me encantaría que tú hicieses lo mismo.
Por ello te traigo mis herramientas, que pueden servirte o no, pero con las que te podrás inspirar para construir tu propio sendero.
Quizá tu sendero coincide con el mío, en cuyo caso compartiremos lo que tengamos la una para la otra.
Pero en el momento que nuestros caminos se separen, se diferencian o incluso se contrapongan, seremos capaces de mirarnos con amor y seguir respetándonos.
Es indiscutible que cuando encuentras un movimiento o filosofía que encaja contigo, sientes un impulso.
Encontrarlo era justo lo que necesitabas para reafirmarte en tus creencias y seguir hacia delante.
¡Ojalá sea yo ese impulso que necesitas!
Porque con cada impulso se adquieren nuevos aprendizajes que enriquecen el camino del que te hablaba.
Con cada impulso te haces más consciente (no más fuerte, ni mejor, porque ya eres la ostia) para saber qué quieres y qué no quieres en tu vida.
Con cada impulso estás menos acomplejada, eres más libre.
CONCLUSIONES
Y todo esto para decirte que creas en lo que creas, defiendas lo que defiendas y seas como seas, eres única.
Da igual si te identificas con el feminismo, con el feminalismo, con la Cienciología o con nada en absoluto. Siempre y cuando esas creencias te sirvan para ser más consciente y te hagan más libre.
Si además, las creencias que defiendes sirven para que el mundo cada vez sea un poquito mejor, son las creencias adecuadas.
- Tienes complejos,
- tienes vacíos,
- tienes miedos,
- puede que seas una feminista muuuuy acomplejada…
Pero eres única, sabes que lo eres y no vas a dejar que esos complejos, vacíos o miedos dirijan tu vida.
Porque tu vida la diriges tú.
Esos miedos pueden quedarse para acompañarte y hacerte de maestros, pero la que dirige tu vida eres tú.
Luchando con amor por lo que crees, aunque al resto del mundo le parezca que estás chalada perdida, conseguirás sentirte tan bien contigo misma que dará igual si tienes tetazas o si te comes un dulcecito de vez en cuando 😉
Por eso yo misma he dejado de ser una feminista acomplejada para luchar de verdad por lo que creo, me he inventado mi propia filosofía y te muestro mis complejos abiertamente.
Que nadie te diga lo que tienes que ser, lo que tienes que creer y qué es lo mejor para ti.
Tú ya sabes qué es lo mejor para ti.
Y me encantaría que me lo contases en los comentarios:
¿Te identificas con el feminalismo?
¿Te parece que el feminismo puede ayudar a construir un mundo mejor?
¿Crees que el feminismo te puede aportar lo que necesitas para ser tú misma?
Me encanta leerte, no me dejes con las ganas 😉