Por fin dejamos el hostal de los chinches, pero el nuevo alojamiento es tan caro que tenemos que ajustar gastos.
Otra de las cosas que estuvimos haciendo anoche fue ver cómo podíamos ajustar gastos.
Si nos pensábamos quedar en una habitación mucho más cara, habría que controlarse más.
Fue muy gracioso cuando estábamos echando cuentas sobre lo que podíamos gastarnos en comer y Manu propuso ¡quitarse el desayuno! ????
Me entró un ataque de risa porque lo dijo con una seriedad…Estaba todo convencido.
Lo cierto es que podríamos dejar de darnos algunos caprichillos, como el día que fuimos a cenar al restaurante indio…
El lunes amanece precioso.
Hace un día increíble y nos levantamos muy contentos porque vamos a pasar de un hostal lleno de chinches a un hotelito muy apañao.
Antes de dejar el hostal de los chinches, me dedico a dejar notitas por todos lados para los nuevos inquilinos.
Lo único que puedo hacer por los huéspedes en este momento es avisarles de que están pagando por un sitio lleno de chinches.
Me hubiese gustado que alguien me hubiese avisado a mi también.
Cojo el boli y dejo notitas ocultas por los muebles, con la esperanza de que el chico de la limpieza no las encuentre.
Por si las encuentra, escribo sobre el espejo del lavabo y en la puerta del baño.
No pienses que me puse a escribir por ahí en plan macarra destrozando el mobiliario con las pintadas.
Escribí a boli de manera que fuese fácilmente limpiable, en caso de que llegasen a verlo los propietarios.
No estaba tratando de hacer ninguna putada sino de ayudar a los próximos que durmiesen allí, porque estaba claro que los dueños no iban a hacerlo.
Cuando bajamos con las mochilas a dejar las llaves, a la señora de recepción que le había pillado todo nuestro periplo en su día libre, le extraña nuestra huida.
Se suponía que íbamos a quedarnos una semana más.
No necesita muchas explicaciones para entender que ya no estamos a gusto allí.
Al despedirnos, damos las gracias igualmente, supongo que en el fondo a nadie le gusta que sus huéspedes se vayan con ese mal sabor de boca.
Los sentimientos estos días eran sentimientos encontrados.
Por un lado queríamos matarlos a todos y por otro lado agradecíamos cada muestra de comprensión.
¡Llegamos a nuestro nuevo hotel!
Manu se marcha al curso y yo tengo que esperar a que limpien la habitación.
Cuando por fin me dejan subir a dejar mis cosas, tardo 2 segundos en escribir a Manué para comunicarle lo chula que está.
Para que te hagas una idea, vamos a pagar 20 euros la noche por un hotel que en España te costaría más de 60.
La cama deslumbraba de lo blanca que era.
La tele de plasma ocupaba casi toda la pared.
Era una habitación luminosa, tranquila y casi limpia del todo.
Ya conoces lo maniática de la limpieza que soy, a veces.
Cuando me acerqué a tirar una cosa a la papelera y comprobé que no la habían retirado para pasar la mopa, no pude darles el 9,5 que estaba pensando ponerles.
Y cuando fui a hacer pipí y percibí que el inodoro tampoco es que estuviese recién limpiado precisamente, me llevé una desilusión.
Vamos a dejar la nota en un 8,5, porque vengo de donde vengo.
En ese momento decidí que no íbamos a pagar tanto dinero por estar 15 días aquí.
Si me gasto la pasta tiene que merecer muchísimo la pena, si no…
De todos modos, tenía pendiente volver hoy a Chinda House, donde se aloja el compi de Manu, para que me enseñen la habitación que no pudimos ver ayer.
Aunque vimos la que te comenté del compi, no quedamos convencidos y queríamos ver una que estuviese vacía.
Me dijeron que me pasase a las 11, así que a las 11:15 me tenías allí.
Les dejé un poco de margen por si acaso.
Cuando llego, me dicen que aún no se han marchado los huéspedes y que vuelva a las 12.
Me voy a comer y a dar una vuelta para hacer tiempo, y vuelvo según lo acordado.
¡Pues tampoco hubo suerte!
Ahora me dicen que vuelva sobre las 2…
Mira…¡aquí se piensa todo el mundo que no tengo nada mejor que hacer que dar vueltas por Chiangmai!
¡Ya no voy más! ?
Escribo a Manu para que se pase él cuando salga del curso, puesto que le pilla de camino.
Durante todo el día, no paré de pensar en cuál sería la mejor opción, en caso de que a Manu no le gustase la habitación del Chinda House.
Esa habitación sería genial en lo que al precio se refiere.
Son 15 días en los cuales si tuviésemos una habitación barata podríamos ahorrar bastante.
Las opciones que se barajan son las siguientes: el Chinda House o el hotel de nuestra amiga Ja O.
La diferencia de precio es considerable, así que espero que a Manu le guste el Chinda.
Cuando por fin aparece mi amorcito por la puerta, queda anonadado con la habitación que tenemos para hoy.
Sólo ver la cama ya te invita a quedarte para siempre.
Sin embargo, ¡le ha gustado la Chinda! ?
No tiene nada que ver con el hotel en el que estamos ahora pero es una habitación espaciosa, con mucha luz.
También tiene muchos armarios, que lo de no poder sacar las cosas de la mochila en 15 días no es muy cómodo.
Además, parece que está «limpio», lo que es un punto decisivo.
Volvemos juntos para que me la enseñen a mí también y estoy totalmente de acuerdo con Manué.
¡Qué alivio!
De este modo, mi Manu podrá desayunar todos los días ?
Con la alegría propia del que ha encontrado una casa decente, ¡nos vamos a bailar salsa! ?
Por eso de ajustar los gastos que decía antes…
Leímos que los lunes hay un sitio donde se puede ir a bailar y ¡qué mejor manera de divertirnos!
Ja O, que pensaba venir con nosotros, no puede porque le han dado días libres y se va por ahí con su novio.
Nos metemos en internet para corroborar que efectivamente hoy hay salsa y no pegarnos el viaje para nada.
Nos confunde un poco que el artículo sea del 2012…
Seguimos mirando y encontramos un sitio para los martes, con la información totalmente actualizada.
Así que yo creo que será mejor que vayamos mañana.
Cenamos y nos metemos en la habitación para disfrutarla al máximo.
Cuando tenemos una habitación de hotel en condiciones pasamos más rato dentro que fuera.
Sabemos, a ciencia cierta, que hoy vamos a dormir como verdaderos angelitos.
Es un auténtico rollo cambiar tanto de alojamiento.
Pero es lo que tiene viajar…
Ya sabíamos a lo que veníamos y ya llegará el día en el que pongamos el huevo en algún sitio.
De momento, nos quedan muchos alojamientos por ver, seguro.
Lo más interesante que estamos haciendo estos días NO SE PUEDE CONTAR AÚN.
Pero tenemos miles de proyectos en la cabeza que tendrán que ir tomando forma.
Tal y como estaba previsto, dormimos de maravilla, pero hay que cambiarse de nuevo.
La verdad que en el Chinda House es como si tuviéramos un pequeño apartamento. La habitación, aunque vieja, es bastante espaciosa, luminosa y limpia.
Para rematar el día, ¡hoy sí que salimos a bailar salsa! ?
Hemos encontrado un pub que por un módico precio, pagas una clase de salsa, consumición y el derecho a quedarte allí bailando todo el rato que quieras.
Sabemos que la profesora será thailandesa, así que tenemos un poco de miedo. No sabemos hasta qué punto será aprovechada una clase de baile latino con una persona de este país…
Al llegar al local, somos 4 gatos y mucho pingüinos ?
¡Madre mía qué frio hace allí!
Está bien lo del aire acondicionado cuando la gente está bailando y aquello se caldea. Pero cuando estamos 4 personas sentadas esperando a que empiece la clase, ese nivel de refrigerio es innecesario.
En el local, a parte de nosotros, un par de asiáticas y un chico occidental.
¡La noche promete!
¡Por suerte yo llevo a Manué y a unas malas bailamos juntos todo el rato y arreglado!
Poco a poco empieza a llegar más gente.
Me alegra observar cómo todo los hombres que van entrando son extranjeros. No es racismo ni mucho menos, pero sería la primera vez en mi vida que veo un thailandés bailando salsa…
Al final la clase se llena y empezamos con unos pasos libres.
Básico para un lado, básico para el otro…y yo rezando para que eso fuese el calentamiento.
Cuando nos ponemos en círculo por parejas y comenzamos con el paso estrella de la calse, sigo rezando para que eso sea el calentamiento ?
La profe, que llevaba varias personas para que la ayudasen a hacer el paso, acaba convirtiéndome a mí en su pareja.
Como no la entendía ni papa, aquello no salía del todo bien.
¡Pero resulta que la profe thailandesa habla español!
Eso da una idea de dónde se ha tenido que ir la muchacha a aprender a bailar salsa.
Cuando descubro esa maravillosa habilidad de la susodicha, le pido por favor que me explique las cosas en castellano si quiere que sea una buena pareja para ella.
Y ahí me tienes, grabando el vídeo de demostración de la clase con la profe, ataviada con mis nuevos pantalones de Mickey Mouse y mis sandalias de hacer el camino de Santiago en agosto.
Cuando acabó la clase, la sensación fue la siguiente:
¡Me he tenido que venir a Thailandia a que me enseñen el paso básico con giro de la salsa en línea!?
Después de toda una vida bailando, con las ganas que yo tenía de aprender el paso básico, ¡por fin me lo han enseñado!
Sin embargo, la noche no estuvo mal.
Acabada la masterclass de salsa en línea, pudimos bailar unos con otros y animar un poco la fiesta.
Sobra decir que el chico que mejor bailaba era Manué, pero había algún otro que no lo hacía mal.
¿Qué ocurre con esto?
¡Que todas querían bailar con él!
Pero como resulta que me encanta ver bailar a mi chico con quien sea, eso no suponía problema alguno.
Entre chicas asiáticas y algún latinoamericano, también podías encontrar españoles, así que acabamos haciendo amigos.
Y no muy tarde, abandonamos el local para irnos a descansar.
Hoy lleva todo el día lloviendo y nosotros sin paraguas.
Hemos tenido la suerte de que en el taxi que hemos tenido que coger, alguien se había dejado uno olvidado.
Así que volvemos a casa con grandes nociones en lo que al paso básico de salsa se refiere y con un paraguas, hecho polvo.
Creo que no lo habían olvidado por casualidad.
Más bien querían deshacerse de él…pero a nosotros nos hace el apaño.
¡Qué ganas tenía de bailar!?
He echado de menos unos tacones bien altos y a todos mis amigos salseros, pero como les pillaba un poco lejos he pensado que era excesivo avisarles.
Lo de los tacones, al fin y al cabo, hubiera sido mala idea.
A los chicos, que la mayoría no habían bailado nada más que en sueños, les encantaba eso de bailar con una mujer tan pequeña.
Así no se sienten tan inútiles porque el manejo es mucho más sencillo.
En el momento en que hay que levantar el brazo para que la chica pase por debajo y haga el giro, ni siquieran tenían que cambiar la postura porque la posición normal de su brazo ya me servía para pasar sin problema.
¡Menudos mostrencos!
También he conocido a un latino, de novia española y con un amigo salsero en Toledo.
Muy ilusionado, me ha enseñado la foto de su amigo por si nos conocíamos, pero no he tenido el gusto.
Ahora a descansar, que mañana hay mucho que hacer.
UN ABRAZO GRANDE GRANDE
P.D: sé exactamente el número de personas que leen estas historias todos los días y son muchas. Sin embargo, no va en armonía con los comentarios que me dejas. Y me hace tanta ilusión leerte que me encantaría que me dejases algún comentario cuando algo te guste o simplemente te haga gracia. Y si ni te gusta ni te hace gracia, me mandas un abrazo y yo me quedo tan contenta.
MIL GRACIAS ?